El odio (I).

Os dejo otra meditación guiada que transcribí de un cd-audio de Swami Paramarthananda.

«Uno de los problemas mentales u obstáculos más comunes que hemos de encarar es la presencia de sentimientos dolorosos en la mente. Presencia de dolor, presencia de sufrimiento en la mente. En las transacciones del día a día, hemos de tratar de forma regular con diferentes tipos de personas y no tenemos el control sobre su comportamiento, palabras y acciones. Como resultado, muy a menudo. Sufrimos por el comportamiento, acciones y palabras de los otros. Este dolor es una herida, una herida en la mente. Y durante el trascurso de nuestras interacciones acumulamos muchas heridas, algunas de ellas superficiales, otras se van hundiendo más profundamente. Estas heridas se acumulan según nos hacemos cada vez más  mayores y toman el control de la mente.

Si la herida es física, sabemos como tratarla. Pero cuando la herida es mental, quizás no sepamos cómo tratarla y, a menudo, ésta profundiza cada vez mas.

 Este tipo de dolor puede crear muchos problemas psicológicos. Pueden causar introversión, sentimientos intensos de revancha, un complejo de inferioridad e intolerancia. Y cuando una mente así estudia Vedanta,  la enseñanza de Vedanta aparece como insignificante o no puede ser asimilada en absoluto. Por tanto, el dolor ha de ser sanado, la herida ha de ser tratada.

 Uno de los métodos para resolver este dolor es expresar los sentimientos de dolor y compartirlos con alguien amado. Podemos ver personas que se desmoronan o lloran en el momento que expresan su dolor. Y existe un gran alivio después de expresarlo. Sin expresión quedan suprimidas e internalizados. La expresión puede ser de muchas formas, hablar con amigos, escribir los sentimientos, etc.

 Y el método prescrito en nuestra religión consiste en dirigirse y expresar nuestros sentimientos en frente del Señor. Puede que no haya personas disponibles para escucharnos, sin embargo, el Señor siempre está disponible. No siempre las personas tienen tiempo, Dios tiene todo el tiempo del mundo para escucharnos. En mi oración puedo expresar mis sentimientos de dolor. Puedo abiertamente derramar mis lagrimas. Puedo aliviar la herida desde mi corazón. Y después de cada oración, siento la ligereza del corazón».

  1. Silvia dice:

    Hola Oscar,

    El odio se va cuando llega la compasión. Por uno mismo, y por los que nos suscitan ese odio. Saber que todos somos humanos y todos tenemos limitaciones, sin excepción. Que todos, mientras estamos vivos, seguimos aprendiendo. Que todos tenemos la divinidad dentro y que todos somos uno. No se puede odiar a otro sin odiarse a uno mismo. No se puede amar a otro sin amarse a uno mismo.

    • dani dice:

      La parte de que “todos tenemos limitaciones” no la comparto. Es una cuestión más de actitud, de “cómo has podido hacerme esto A MÍ”, etc. lo que genera la ira. El libro de la BhaghavadGita dice (y lo comparto) que no es una cuestión de reprimir un sentimiento imitando al maestro con la esperanza de entenderlo sino al revés. Primero, entender. De esta manera te das cuenta de que el odio “resbala”, que no hay razón para él. Y entonces se va, no porque lo reprimamos sino porque no ha lugar. Y reprimirlo esperando entenderlo después lleva a terrenos psicológicamente peligrosos.

      Aun con miedo a ser malinterpretado, desconfío bastante de la “compasión” o de la “tolerancia”, porque implica que quien la siente se tenga que situar en un plano moral superior al destinatario de esa compasión. Prefiero hablar de “comprensión” de qué está sucediendo y por qué se manifiesta así. Y cómo, empezando por mí, puedo quitar ese odio que es un sentimiento mío, no del otro. “Comprensión” o “empatía” me parecen términos más adecuados, por la actitud que precisan…

      Recomiendo la lectura de un ensayo de Pessoa llamado “el banquero anarquista” en la que, en clave irónica seexplica cómo una línea de razonamiento sin fallo puede devenir consecuencias totalmente fallidas. Se lee en una tarde y se pasa un buen rato. No tiene una relación directa con esto pero es una lectura interesante para comprender un proceso razonado y cómo “la razón produce monstuos”

  2. Silvia dice:

    No me refería a ese tipo de compasión. Mas bien a tolerancia por los fallos propios y por los ajenos.

    Gracias por la recomendacion de la lectura.

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