La función de la mitología. La necesidad de los valores. (Parte III)

La principal función de la mitología se encuentra en el papel que tienen los valores en la vida, por tanto, es fundamental conocer el significado de estos valores. El termino «valor» hace referencia a la cualidad de un objeto o a una situación que la hace deseable o que vale la pena. Los valores que implican una ética de sentido común son conocidos como valores éticos. En sánscrito, los valores éticos se conocen con la palabra dharma. El dharma no es únicamente indio sino que es universal.

A fin de asimilar un valor ético en la vida, se hace necesario apreciar el valor de ese valor. Rāma fue una persona guiada por los valores (dharmica) pero si uno mismo no ve el valor del dharma en su propia vida, es imposible estar inspirado por Rāma. El carácter de un niño se desarrolla desde su entendimiento del significado de los valores éticos. El propósito de una introducción a los valores éticos del Rāmāyaṇa, la Bhāgavata Purāṇa y la Mahābhārata no es sino otro que inspirar y esclarecer el proceso de pensamiento del niño.

 Los valores éticos como la compasión, la no-violencia y la verdad son respetados en toda cultura y en todas las edades de la vida. Un niño tiene tanto valor por la no-violencia como un adulto. Nadie desea ser mentido, ni siquiera el que miente. El sentido común, algo que todos tenemos, forma el fundamento para el consenso del comportamiento aceptable de un ser humano en cualquier sociedad. Por tanto, que yo no haga a otros lo que no quiero que me hagan a mí es un entendimiento compartido de forma común por todos. Al hacer saber a los demás cómo quiero que se comporten conmigo, expreso de una forma tácita lo que los otros esperan de mi. De este modo, queda claro que los valores éticos son universales y conocidos por todos de forma instintiva.

Los valores universales son diferentes de los valores absolutos. Los valores absolutos han de ser ratificados siempre, en todas las situaciones, sin excepción. Esos valores son imposibles de abrigar. En realidad, la creencia de que los valores absolutos existen es causa de un gran conflicto y confusión en la sociedad. Puesto que los valores absolutos son ideales que nunca pueden ser conseguidos, es importante que los valores se enseñen en su naturaleza relativa y universal. Siendo estos valores relativos en su naturaleza, los valores están sujetos a interpretación de acuerdo al contexto y deben ser seguidos haciendo uso del discernimiento. La claridad en torno a la verdad y al orden moral constituyen el fundamento para juzgar una acción correcta.

Las epopeyas facilitan un entorno excelente para evaluar e imbuir de forma cuidadosa en qué consiste la vida de responsabilidad. Los textos de las epopeyas presentan conflictos relacionados con los valores, con decisiones difíciles y con la necesidad de llegar a un acuerdo en la vida sin sacrificar el dharma. Se pueden ver las razones por las cuales Bhīṣma ha de tomar la difícil decisión de luchar por los Kauravas o los Pāṇḍavas ó cuando Lakṣmaṇa en Pañcavatī está indeciso sobre si seguir las ordenes de Rāma de no dejar sola a Sītā o escucharla y dejar que ella fuese la que buscase a Rāma.

Uno podría desear que los valores éticos fuesen prescindibles y se pudiese vivir en ellos. Sería válido especular que no necesito valores éticos si yo fuese la única persona en la tierra y no tuviese ninguna necesidad o relación con otros. Sin embargo, seguiría manteniendo la expectativa de que otras criaturas como pájaros y animales no me dañaran. Aún esperaría algún tipo de sentido ético por su parte. De modo que nadie escapa de la ética en un nivel fundamental. Ninguna persona puede vivir sin relaciones, y cuando se relaciona los valores se hacen inevitables. De hecho, es el código ético lo que trae a las personas a las relaciones. Únicamente invierto en una amistad cuando pienso que la otra persona se preocupa por mi, es buena o amable. Para el ser humano que dispone de la facultad de elección, los valores son tan indispensables como el respirar.

Si los valores son parte fundamental de la vida, ¿por qué se convierten en una fuente de conflicto? Si sigo la estructura de valores que espero que los otros sigan, mis valores se asimilarán de manera natural y se convertirán en una fuente de fortaleza e inspiración; pero si por algunas necesidades conflictivas,  no alcanzo a mantener mi estructura de valores mientras que exijo un comportamiento ético absoluto por parte de los demás, lo único que experimentaré serán conflictos y frustraciones conmigo mismo y con los que me rodean.

 Los conflictos de valores surgen por …
Dos valores contrarios. Dos valores opuestos que inicialmente acarrean un peso idéntico en mi entendimiento pueden causar un conflicto en referencia a la acción. Por ejemplo, cuando una mentira me ayuda a ganar 10,000 euros, el valor de contar la verdad puede verse visto como un obstáculo por mi valor del dinero. Después de reflexionarlo, actuaré en concordancia al valor que más aprecio.

Un valor medio-asimilado. Por ejemplo, el valor cuasi-asimilado de decir la verdad crea una duda en mí y el conflicto de que pueda vivir a la altura de ese valor. El conflicto sólo puede ser resuelto entendiendo la naturaleza relativa de los valores y cómo interpretarlos en una situación dada.

 La división conocedor-hacedor. El conocedor sabe lo que es correcto pero el hacedor actúa de manera diferente. Por ejemplo, cuando se miente frecuentemente, se crea una división moral en el interior y no se es capaz de disfrutar de las comodidades o logros adquiridos. Cuando más se vive con este comportamiento conflictivo el individuo se divide más moralmente y es incapaz de la confianza y la integridad.

 El valor de los valores.
Entender el valor de la ética proporciona el bienestar interno y la fortaleza requerida para vivir con un sentido de satisfacción. El bienestar externo conlleva un valor limitado y la graduación de su valor determina el grado de la dependencia con respecto al bienestar y fortaleza. El entendimiento cuidadoso de qué puede y no puede facilitar el éxito material y qué puede hacer la ética para ayudar a descubrir la felicidad es, justamente, el mensaje de nuestra mitología.

La madurez emocional arriba de entender el valor de un valor y de hacer ese valor personal y natural. Si asimilo un valor, actúo desde él sin deliberación o duda. Por ejemplo, mi valor por la higiene no me permite comer algo que ha caído al suelo. Esta asimilación de un valor ha sido comprobada y descubierta mediante la vivencia de una vida en armonía con el orden moral universal del mundo.

La integridad y el sistema de valores personales determinan la calidad de la vida. Así pues, necesitamos descubrir modelos de ejemplo para nosotros mismos y nuestros hijos en personas cuyas vidas fueron la expresión espontanea del dharma. En los itihāsas, purāṇas, pañcatantra y otras obras, la historia y mitología India posibilita numerosas historias para el estudio y la asimilación del dharma. Si seguimos a los personajes de cerca y apreciamos sus compromisos, fortalezas y debilidades tal y como son reveladas en sus acciones, entenderemos la naturaleza relativa pero universal del dharma. Uno descubrirá la madurez y fortaleza interna al vivir una vida consagrada al dharma. Es este individuo maduro cuya busca por la verdad le conducirá al descubrimiento de la felicidad y la libertad interior.

– Extracto traducido por Óscar Montero del libro Vedic Heritage Teaching Programme. Volumen I, Sunita Ramaswany y Dr. Sundar Ramaswany

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