La vida gloriosa de Swami Dayananda Sarasvati

Namaste

La vida gloriosa de Swamiji ha estado dedicada a la enseñanza y al servicio. Durante toda su vida Swamiji enseñó sin descansar el autoconocimiento de la visión védica, del cual Swami era un sākṣāt svarupaḥ. Siendo un gran jñani y Mahatma, aceptó a todos, no rehuyó a nadie, y nunca sintió la necesidad de decir “No”.

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Esto es algo que cualquier alumno suyo puede rápidamente atestiguar. Cuánta paciencia, cuánta compasión ha mostrado de manera infatigable día tras día, ofreciendo su oído a las personas que acudían a él para buscar refugio, consejo, guía espiritual, enseñanza, etc. 

Es como si Swamiji no hubiera ningún control de su propio tiempo y cuerpo, quedando completamente al servicio del otro. Qué diferencia tan abismal entre él y nosotros cuando comparamos su contribución a la sociedad con la nuestra, ¿verdad?

Recuerdo cuantas preguntas pesadas y tontas le he hecho en los satsangs. ¡Qué paciencia para responderlas! Qué paciencia para contestar infatigablemente las mismas preguntas hechas por los alumnos durante más de cincuenta años. ¿Cuántas veces se ha bajado de un avión después de un viaje transatlántico y se ha ido directamente a dar una clase sin descansar? ¿Quién es capaz de dar 5 clases diarias durante años y años? ¿Quien es capaz de seguir enseñando a sus ochenta y cinco años hasta el último momento de abandonar su cuerpo? Y todo ello sin apenas esfuerzo, gastando bromas sin parar y teniendo un humor que era capaz de arrancar sonrisas al estudiante más avinagrado.

Qué compasión para contar los mismos ejemplos que ilustraban la manera en cómo se desvelaba algo que parecía “misterioso”. Por muy pesado que fuese el solicitante, ahí estaba Swamiji, sirviendo, día tras día, haciendo su trabajo de profesor, cumpliendo su deber, impartiendo el estilo de vida del yoga con su propio ejemplo.swamis

Esto es algo que nos impacta de los mahatmas, la integridad de sus vidas, la coherencia entre lo que enseñaba y cómo vivía. Además de este aspecto común en un mahatma, Swamiji fue un jñani, un brahma-vidya-rsih, un brahma-nistha. No sólo estaba asentado en la visión de la verdad sino que era un srotriya capaz de desenvolver la visión sobre el atma-jñanam con un método, sin que este conocimiento quedase como algo ñoño cargado de buenismo.

Swamiji nos ha reiterado que esta visión puede comunicarse y para ello Swamiji no se ha desviado de la visión de los rshis y del comentario de Shankaracarya. Aquí es donde Swamiji ha marcado la diferencia con otros grandes mahatmas y su legado tendrá un impacto enorme ahora y en el futuro.

Swamiji es el más brillante orador que la India ha conocido en los últimos siglos, su capacidad para comunicar lo incomunicable, para hacer ver lo que él ve es algo que no tiene parangón en esta tradición de enseñanza.

Shri Gurubhyo namah.

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