El Brahman debe considerarse como la luz que ilumina el sol y los demás astros, pero que no es iluminada por ellos. Verso sesenta y uno

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yadbhāsā bhāsyate’rkādi bhāsyairyattu na bhāsyate

yena sarvamidaṁ bhāti tadbrahmetyavadhārayet

El Brahman debe considerarse como la luz que ilumina el sol y los demás astros, pero que no es iluminada por ellos; aquello por lo que todo brilla.

 

Yat-bhāsā, luz del cual Idam, esto
√bhās, brillar √bhā, iluminar
Arka-ādi, el sol y los demás astros Tad, aquello
Bhāsya, visible Brahman, Brahman
Tu, pero, sin embargo Iti [fin de cita]
Na, no Ava √dhṛ, considerar, entender
Sarva, todo  

 

La luz de los ojos no es como la luz del sol. Los ojos brillan pero necesitan ser bendecidos por algo más ya que la mente está detrás de ellos; los ojos brillan después de la mente. Sin mente,  ¿brillan por sí solos? No.  ¿La mente brilla por si sólo? No, la mente es bendecida o es iluminada después de ātma, de ti. ¿Ātma necesita su luz de otra fuente? No. Ātma brilla por sí mismo, svayam bhāti. El sol es un objeto de la consciencia, es iluminado por la consciencia, mediante la cual brillan o son iluminados todos los objetos, las estrellas y los astros incluidos. Los ojos y la mente son iluminados también por la luz de la consciencia. De esta forma se ha de hacer esta indagación (niscaya) para que surja el entendimiento (adhārayet).

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