Todo aquello que se vea o se oiga no puede ser diferente del Brahman. Cuando se conoce la realidad, el Brahman se revela como existencia, consciencia, infinitud y no dual. Verso sesenta y cuatro

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dṛśyate śrūyate yadyadbrahmaṇo’nyanna tadbhavet

tattvajñānācca tadbrahma saccidānadamadvayam

Todo aquello que se vea o se oiga no puede ser diferente del Brahman. Cuando se conoce la realidad, el Brahman se revela como existencia, consciencia, infinitud y no dual.

 

√dṛś, ver Tattva-jñāna, conocimiento de la realidad
√śru, oir Ca, y
Yat, aquello que Sat-cit-ānanda, ser, consciencia e infinitud
Brahman, Brahman a-dvaya, no dualidad
Anya, otro, diferente  
Na, no  
Tad, aquello  
√bhū, ser, devenir, existir  

 

Todo aquello que se vea o se escuche, yat brahmaṇah anyat na tadbhavet, nunca se convierte en otro que Brahman. Lo que es visto es Brahman, lo que es escuchado, degustado es Brahman, los órganos de los sentidos son Brahman, y el vṛtti de la mente es Brahman. El pensamiento cognitivo es Brahman, el conocedor es Brahman, Brahman desde el principio al final, brahmaṇah anyat na tadbhavet. Sin embargo, estás esperando a un Brahman, alguien te dice: «sumérgete profundamente en tí mismo y encontrarás el Brahman» ¡Eh!, el que se sumerge es Brahman, y cualquier cosa que experimente es un objeto del sujeto. Intentando entender que ambos, sujeto y objeto, son Brahman y éste es sat-cit-ānanda, la existencia-consciencia que es la verdad de todo, y por tanto, ilimitado, no dual, no hay algo diferente de Brahman, no hay nada como Brahman, no hay partes en Brahman. Tattva-jñānāt, mediante el conocimiento de las grandes sentencias (māha-vākyas) entendemos tattva-jñāna sat-cit-ānanda, labhyate, no puedes conseguir esto de otra manera. El conocimiento de lo que «es», lo que «es», es llamado tattva. Lo que «es», es Brahman y esto ha de ser entendido, es puramente cognitivo.

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