La filosofía es parte del yoga

No cabe duda que para solucionar y resolver los problemas fundamentales que el hombre se plantea, en primer lugar, habrá que sentirse inclinado a reflexionar y amar la indagación filosófica. En cierto modo todos nos hacemos  preguntas y cuestiones fundaméntales, y todos buscamos la misma plenitud y libertad, sin embargo, muy pocos  otorgan a esta búsqueda una prioridad de primer orden que nos haga comprometernos de forma asidua.

El adepto al yoga conoce los beneficios de la práctica de asana  (posturas) y pranayama (control de la respiración) , sin embargo, puede que  descuide el aspecto filosófico que el sistema de yoga incluye dentro de su enseñanza.

Podemos llegar al yoga por diversos motivos, de salud, de bienestar físico o mental, pero en última instancia, el yoga es una vía de autoconocimiento en el sentido amplio de la palabra. Y el autoconocimiento implica indagación, investigación, una mente inquisitiva. El autoconocimiento no puede tener lugar sin una investigación e inquisición de naturaleza filosófica.

Existen varias razones por las que el adepto al yoga no se inicia en este estudio de naturaleza filosófica.

  • Los profesores de yoga no recibimos una formación completa e integral.
    En el mejor de casos la educación recibida en los cursos de formación se limita a leer de pasada uno o do textos. Sin embargo no hay énfasis en la importancia que tiene la asimilación del mensaje ni en el detalle del estudio y tampoco en la exigencia requerida al futuro profesor. Esto se traduce a que el profesor de yoga no incluye en sus programas anuales una porción de su tiempo al estudio filosófico.
    Un estudio tradicional incluye la recitación de los textos en sánscrito y el estudio analítico y gramatical – palabra por palabra y verso por verso – de los textos. Esto no es una exageración, es lo normal en la tradición, especialmente,  en el estudio de Vedanta.
    Esto requiere un profesor competente que conoce el método de enseñanza tradicional. ¿Cuántos profesores pueden enseñar de forma tradicional fuera de India?
  • No se incluye ni se fomenta el estudio e investigación filosófica en los programas de certificación de profesores.
    No hay ni motivación ni estímulo porque simplemente no se comprueba ni se mide el grado de desarrollo y madurez de la compresión filosófica. Hay una excesiva preponderancia de la técnica  y de la investigación “experiencial”. Así, el profesor que busca mayor nivel de certificación no tiene necesidad de preparar esta investigación. Los examinadores de cada nivel de certificación no lo van a solicitar. El resultado es que la certificación no es un mecanismo que establezca las bases de unos profesores preparados y cualificados, filosóficamente hablando.
  • Es raro encontrar centros de aprendizaje y centros de yoga que ofrezcan una educación integral y completa.
    Si una persona desea estudiar “Filosofía” occidental tiene a su disposición bastantes recursos. Puede matricularse en numerosas universidades  y programas. Hay muchos docentes y personas cualificadas. Sin embargo, si se quiere estudiar Filosofía del Yoga o Vedanta. ¿Dónde acude un estudiante o un profesor? Lo normal es acudir a instituciones de enseñanza en la India o a profesores o centros adscritos a esos centros de la India. Incluso una persona doctorada en filosofía del yoga  o un académico versado en la materia no es garante de conocer bien el tema sino conoce la tradición y no tiene contacto con un maestro tradicional. No se trata de una investigación meramente académica y que uno pueda estudiar con libros en una biblioteca. Se necesita la figura del maestro y el conocimiento del método de enseñanza.
  • Hay números prejuicios y creencias que otorgan a la investigación filosófica un objeto de estudio nebuloso y especulativo.
    Estas nociones injustificadas se traducen en el asentamiento de fuertes creencias en los alumnos y en los profesores y tiene como consecuencia que se rechaze o se descarte el estudio filosófico como algo que es parte del sistema. Si el yoga solo estuviera centrado en la “experiencia”, ¿porque hay decenas de libros clásicos dedicados a la materia?

    En este sentido se siente el auge  y la influencia excesiva de las ciencias experimentales, exactas y  las corrientes positivistas de los últimos siglos. Existen nociones y valores confusos sobre la experiencia y el conocimiento filosófico, sobre lo que puede proporcionar la  “práctica” y la “experiencia”. Sobre los medios de conocimiento, los conceptos de “Filosofía” y “Ciencias” y sus objetos de estudio.  Estas cuestiones no se van a  resolver si no se analizan con detenimiento.

    Por ejemplo, la clasificación Aristotélica de “Filosofía” parece haber caído en olvido, pero recordemos que hasta el siglo XIV y sobre todo a patir del XVI no había diferenciación tan clara entre “Ciencia” y “Filosofía”. La Filosofía era idéntica a la Ciencia, abarcando todo el conjunto de conocimientos humanos, distribuidos en conformidad con la diversísima variedad de sus objetos. La filosofía se ocupada de estudiar la realidad en su conjunto.
    Si  Aristóteles, Platón o Santo Tomás de Aquino observaran la distinción que hoy se hace se llevarían las manos a la cabeza. Se quedarían atónitos de ver a los estudiantes de yoga justificando sus alegaciones de la “experiencia” sensible y la “vivencia” como el instrumento de conocimiento fiable y exacto.

En resumen, estas razones impiden que el alumno o profesor puedan comenzar o avanzar en su investigación.  Al igual que se hace un estudio detallado y pormenorizado de la técnica y de las soluciones terapéuticas, ¿No se debe hacer también un estudio con igual detalle y rigor de la Filosofía? Para el estudio de la técnica en asana y pranayama somos papistas, fundamentalistas y ortodoxos, y sin embargo en en el asunto filosófico predomina el desinterés,  la falta de recursos y la anestesia. ¿Dónde está la integridad y la sinceridad en la búsqueda y presentación de esta gran enseñanza?


Fotografía de SabarPhotography

  1. Álvaro dice:

    Querido Óscar:

    He leído con sumo interés tus dos últimos artículos. Estoy bastante de acuerdo con lo que planteas. ¿Adónde queremos llegar mediante la práctica de Asanas? Más importante aún, ¿adónde podemos llegar? ¿Acaso un mejor y más amplio Trikonasana nos va a llevar derechitos al Shamadi? ¿Podemos llamarnos practicantes o estudiantes de Yoga sin indagar en los textos o poner en práctica todos los aspectos del Yoga? ¿Acaso es mejor Yogi el que domina Eka Pada Rajakapotasna que aquel que incorpora yama-niyama en su día a día?

    Aquí en Pekín me doy cuenta de que en la mayoría de los estudios de Yoga solamente se enseña un pequeño porcentaje de lo que realmente es (o debería ser) el Yoga. Pasan las semanas y no se menciona ni siquiera una pincelada de filosofía o de ética. En muchos casos son como clases de Pilates con Ravi Shankar sonando de fondo y aroma de incienso y misticismo aburguesado. Incluso hablo con instructores que, lo máximo que conocen de la filosofía del Yoga son los ocho pétalos de Patanjali, pero que al mencionar la palabra “Vedanta” es como si les hablara en arameo.

    ¿Y de quién es la culpa? En cierto modo de los instructores, de los cursos Express y de las modas, de la dictadura de la acrobacia… Pero la verdad es que la mayoría de los estudiantes que acuden a las clases de Yoga, no nos engañemos, (por aquí se ven unas niñas realmente preciosas en las clases) simplemente buscan mejorar el aspecto de su cuerpo físico, una cosmética natural, prolongar su juventud, relajarse un rato después de un duro día de trabajo, o acaso una inyección de espiritualidad en medio del atolladero materialista-consumista de las grandes urbes que conduce inexorablemente a una existencia vacía.

    Yo les recomendaría que se apuntaran a fitness o a Pilates, pero es que el Yoga está de moda, ¡qué le vamos a hacer! (mola más hacer Paripurna Navasana si suena un sitar de fondo que unos simples abdominales en un gimnasio de musculitos). Por supuesto que no les culpo ni me siento quién para juzgarles, que Dios me libre: cada uno se aproxima al Yoga por unas razones o con unos objetivos personales determinados, y esto debemos aprender a respetarlo. Como dijo algún maestro: “El buen profesor ha de hacer que el Yoga se adapte a cada alumno y no al revés”. No obstante sería interesante –y aquí lanzo una propuesta para todos los profesores y para los que queremos serlo algún día– que desde la primera clase y en cada sesión el profesor enseñara un poco de filosofía, recomendara lecturas, que fuera él el responsable (por lo menos en un principio, ya que no todos nacemos sabiendo) de triturar ciertos conceptos y transmitírselos así al alumno, vía oral, como muestra la tradición.

    Pues eso, que echo de menos tus clases. Gracias por el blog y un fuerte abrazo,

    Álvaro.

    • Hola Alvaro, me alegro de leerte por aqui, con esta contribución.

      Primero creo que habría que revisar la definición que tenemos de asana y el contexto donde está situada. Es uno de los miembros de astanga yoga y por tanto, un adepto al yoga que solo haga una práctica rutinaria y mecánica de uno sólo de los ocho pétalos, no se le podrá dar el nombre de adepto al yoga, ¡Ni siquiera adepto al asana!. Para B.K.S. Iyengar la definición de asana es muy amplia y profunda y puede contener a todos los miembros del astanga yoga, incluida la meditación.
      Esto es único en este método. En otras escuelas, asana es un “complemento” fisico que ayuda a mantenerse sano y a una cierta compostura mental. En Yoga Iyengar, no es así. Fíjate en el artículo “Que es Yoga Iyengar“.

      En cualquier caso, no podemos decir que la práctica de asana se mide por la “amplitud” de un trikonasana y por otros parametros de rendimiento relativos al deporte o a la competición atlética. Asana será un elemento muy importante en la disciplina como adeptos al yoga porque permite crear un entorno muy conductivo para la recogida interior, el silencio, la automaestria y esto tiene muchísimo valor
      Esta gran ventaja favorece un estilo de vida invite a la reflexión e investigación filosófica. La disciplina de asana y pranayama permite una mejor profundización filosófica porque juntos adquieren un matiz más brillante. Disciplina y conocimiento.

      Y aparte de esto, asana tiene toda una metolodogía de meditación y sigue el proceso descrito por Patanjali y tiene que ver con lo que comentaba en el artículo de asana y discerniniento. En este sentido, hay que leer los libros de B.K.S. Iyengar y los Yoga Sutras, que para eso están. No son fáciles. Por eso se requiere al profesor 🙂

      La responsabilidad de los profesores que comentas es verdad. Es raro ver a un profesor que plantee, dentro del programa del centro, el estudio detallado de los textos. No es fácil porque en la clase, no da tiempo a terminar en una hora y media o dos horas y ademas no se crea el contexto adecuado si mezclas una clase normal y un estudio filosófico, habría que hacer una clase a la semana separada o un grupo de estudio dedicado solo a esto. Nosotros tenemos un grupo de estudio de la Gita que se reune cada viernes.
      Otras solución que he visto es que el profesor antes de empezar la clase de asana-pranayama lee un sutra antes de empezar la clase y puede coger la esencia de ese sutra y tratar de transmitir en la propia practica el significado del mismo. Se pueden dar unas pinceladas, pero desde luego no será un estudio detallado.

      Tambien se puede coger un día al mes y hacer una exposición de un tema. Aunque pienso que lo mejor es el grupo de estudio, que por ejemplo se estudie los Yoga Sutras o la Gita.

      De todos modos, en el grupo de estudio de la Gita que tenemos, no hay muchos estudiantes. ¿Cual es la razón? Parece haber en un principio menos interés filosófico que en la práctica de asana-pranayama. O la audiencia que le atraen las clases de asana-pranayama no es un público que esté interesado tanto en la filosofía.

      Probablemente, alguien que le interese la filosofía no se dirija a un centro de yoga, sino a la universidad. Y si le interesa la filosofía védica, entonces se sentirá atraído por el Vedanta.

      Aún así, creo que sigue siendo obligación del profesor presentar la materia en su conjunto.

      Un abrazo

  2. Rubén dice:

    Muy interesante este artículo, que curiosamente coincide en el tiempo con algunas inquietudes filosóficas que estoy intentando satisfacer.

    En primer lugar me gustaría comentar que lo que me llevó a practicar Yoga, precisamente en tus clases Oscar, es el hecho de que es una filosofía para la vida, y no sólo un pasatiempo para el acondicionamiento físico. Desde muy pequeño, los aspectos espirituales, desde el punto de vista de los valores individuales y colectivos, ha sido un aspecto que me ha cautivado. Posteriormente, tras descubrir la filosofía, pude ampliar aún más el estudio y el desarrollo personal.

    Tras unos años de desorientación, y todo hay que decirlo, de desilusión espiritual, decidí retomar el camino de la autocomprensión (para mí, un paso más allá del autoconocimiento). Toparme con el Yoga ha supuesto una apertura de miras, una grata sorpresa, una gran ilusión. Sin embargo, soy consciente de que requiere esfuerzo y dedicación. El camino del Yogui no es ni fácil ni rápido, y entiendo que desde el punto de vista del aprendizaje eficaz hay que pasar por diversas fases o etapas. Para ello, la figura del maestro, guía o profesor es fundamental.

    Pero al mismo tiempo, también entiendo que el alumno ha de hacer sus propios progresos filosóficos, que ha de o puede complementar con el Yoga. Desde hace un par de años comparto la lectura de filosofía Vedanta o hindú con la filosofía occidental, intentando aunar lo mejor de cada. Y en conjunción con ello, la práctica de asanas como primer paso en mi evolución en el Yoga.

    En ocasiones desearía avanzar más rápido. Compaginar las asanas con el resto de componentes del Yoga (yama, niyama, etc.). Pero no es posible hacerlo por uno mismo sin un guía. Y por ello, y continuando con el debate planteado por Álvaro en referencia al tipo de “público” de las clases de Yoga, creo que sería muy importante compaginar las asanas con el yama, niyama o dhyana, y así ir familiarizando al alumno en una misma clase con la globalidad de la práctica del Yoga, sin tener que particionar la enseñanza en diferentes clases, pues da la sensación de que no se trata de la misma enseñanza, aunque se trate de la misma escuela o centro de Yoga. Sin embargo, soy consciente de que esto puede tener dos inconvenientes, el primero es que el alumno nobel no esté praparado aún para la asimilación de tanto conocimiento junto, y el segundo, que el alumno sin más interés que la mera práctica física pierda el interés por el centro.

    Por mi parte, seguiré asistiendo a mis clases de nivel “incipeinte” e intentaré asistir algún viernes a la lectura y comprensión de la Bhagavad-gītā, pues mi intento de afrontar su lectura en solitario se ha convertido en una árdua tarea.

    Námaste

    • Hola Rubén

      Muy grato tu mensaje. Como profesor no hay nada mas satisfactorio que ver como los alumnos usan lo que enseñas.
      Algunos comentarios que hago sobre tu post:

      – Recuerda que Vedanta no es una tradición que se puede transmitir por libros. Necesitas un maestro. Es 100% oral. Y se ha de recibir de alguien que es maestro y que conoce el método. Como sabes bien, Swami Dayananda es el mejor exponente que yo conozca de este tema. Te animo a que le visites en sus cursos que ofrece en sus ashrams.
      – La filosofía hindú es un termino muy genérico. Inclusi decir filosofía es un poco termino importado. Mas bien en la tradición védica sería darsana, o visión. Hay 6 darsanas, de los cuales, Yoga ya la conoces porque lo prácticas y puedes estudiar los Yoga Sutras y si quieres realmente profundizar en un método y en una visión completa, desde luego, Vedanta es “LA VISION CON LETRAS MAYUSCULAS”.

      – En el propio asana y pranayama tambien están incluid0s yama, niyama, dharana, prathyahara, dhyana. ¿por que piensas que están separados?
      Si analizas sus significados verás que en la propia práctica se incluyen. Quizás no te des cuenta pero lo estás “practicando”. Otra cosa es que quieras reflexionar sobre los significados. Para la cual puedes leer los Sutras. Se puede montar un grupo de estudio de Yoga Sutros. Puedes reunirte con otros estudiantes y estudiar juntos.

      Lo que propones de las clases es un tema importante que todo profesor se plantea. Entiendo lo que dices de que no se separe la enseñanza.
      Voy a pensarlo. No es fácil. Está claro que si quieres estudiar los sutras o la Gita, y quieres verlo como se hace tradicionalmente, es decir, verso por verso, palabra por palabra, no vamos a combinar las asanas y el pranayama en una misma clase.

      De todos modos, no existe una práctica exclusivamente física. Fíjate en el artículo “Que es un yoga físico”

      Un abrazo

      • Rubén dice:

        Gracias Oscar por tus comentarios.

        Tienes razón, la yama y niyhama por ejemplo están intrínsecos en el asana, ya que se refiere en un ámbito introspectivo (no tensionarse mental y físicamente, no hacerse daño físico, disciplina en la asana, etc.) pero no hacia los demás.

        Pues me haces una buena pregunta. No sé por qué pienso que están separados. Puede deberse a mi posición como iniciado, aunque debe estar más relacionado como bien dices con la falta de profundización en las enseñanzas del Yoga y, en relación a esto y como también citas, en el análisis defectuoso de su significado. En definitiva, falta de una verdadera comprensión de la verdad.

        He leído los Yoga Sutras de Patanjali y aunque reveladores, directos y aparentemente claros, requieren un trabajo adicional para su comprensión y asimilación. Es buena la idea que propones de comentarlos en grupo. Aunque debería releerlos varias veces para aclarar dudas y recordar conceptos.

        Gracias de nuevo por tus comentarios. Espero poder comentar estas y otras dudas contigo en el centro.

  1. […] punto de vista de la aplicación práctica del yoga cómo método, es decir, si lo que promete el yoga es aplicable en todos los hombres de forma […]


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