La contemplación para asimilar la enseñanza. Verso treinta y nueve del Atmabodha

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Verso treinta y nueve del Atmabodha

ātmanyevākhilaṁ dṛśyaṁ pravilāpya dhiyā sudhīḥ
bhāvayedekamātmānam
̇ nirmalākāśavatsadā

 

La persona de entendimiento claro, habiendo resuelto todo el mundo visible en el ātman con su inteligencia, debe meditar constantemente en el ātman, que es sólo uno, como el espacio puro.

 

Ātman, ātman bhū, ser, existir; caus. Meditar, consagrarse
Eva, justamente, solamente Eka, uno, solo
A-khila, unitario, todo Nir-mala-ākāśa-vat, como el espacio puro
Dṛśya, visible, mundo visible Sada, siempre
Pravilāpya, habiendo resuelto
Dhī, inteligencia
Sudhī, persona de entendimiento

En estos versos se trata sobre la contemplación, nididhyāsanam. Un objeto desconocido no puede ser contemplado. Un objeto conocido no necesita ser contemplado para conocer el significado del objeto. Un objeto desconocido no puede ser contemplado. Ātma no es totalmente desconocido pero tampoco conocido. Ātma es uno mismo, y, por tanto no es del todo desconocido. Tampoco es un objeto del que puedo contemplar ya que soy yo mismo. Ātma significa yo mismo, uno mismo. ¿Cómo voy a contemplar? ¿En qué voy a contemplar? ¿Soy un saṁsāri? ¿Soy un duhkhi, sukhi? ¿Estoy sujeto a las limitaciones, al sufrimiento, al devenir, etc.? Ya me preocupo demasiado por estas cosas en mi vida diaria como para sentarme y contemplarlas. ¿Por qué voy a contemplar en mí mismo? Ya hay una contemplación y preocupación constante sobre mí, no necesito sentarme y contemplar.

Pero, entonces, ¿de qué está hablando el verso? El verso no habla de un ātma sujeta a limitaciones y a preocupaciones. El ātma a contemplar es la que se llega a conocer mediante śravanam, mananan y nididhyāsana. Mediante la exposición a la enseñanza. Una vez expuesto a la enseñanza nadie puede decir que no conoce, que no se conoce. El que se expone a la enseñanza de forma adecuada no puede afirmar que no se conoce. Sin embargo, podemos no estar seguros de la claridad de ese conocimiento. ¿Por qué? Porque este autoconocimiento ha de estar tan claro como que el fuego es caliente. Si toda la humanidad dice que el fuego es frío, no lo aceptaríamos.

Sucede lo mismo con el conocimiento de ātma. Uno ha de conocer realmente todas las nociones erróneas del ser, de mi mismo; han de desaparecer, entonces, tengo conocimiento adecuado. Pero, al mismo tiempo, en mis patrones de comportamiento puede que no exista la reflexión y coherencia de ese conocimiento. Así, el conocimiento parece ser una cosa y yo parezco ser diferente de ese conocimiento. Esa es la razón por la que las personas dicen que el conocimiento es intelectual; realmente, lo que sucede es que no entienden; no hay tal cosa como conocimiento intelectual, teorético o práctico. Ātma no es una teoría, tú no eres una teoría, y tampoco hay especulación; si la enseñanza es adecuada, el profesor no puede decir que hay una teoría y luego una práctica que has de hacer para completar el conocimiento. Eso no es vēdanta. Es de-vanta. Si un profesor dice eso, no sabe de lo que habla. Veda̅nta es el mahāvākya «tat tvam asi», Tu eres Eso (Brahman), siendo Brahman, no es ya una cuestión de convertirse (bhavati) o llegar a ser por un proceso de adición o sustracción. El verbo «asi» es el presente de indicativo, ya soy Brahman. De llegar a convertirse a ser «ya» hay un trecho, es una visión enteramente diferente.

No existe la cuestión de que te conozcas indirectamente; cada palabra ha de ser entendida, las personas siguen espetando ciertas palabras como eterno, dicha, gozo, etc.; Espetan las palabras pero sin saber que significan. Es idiótico. Cada palabra ha de ser descubierta. No puedes decir eterno y luego decir que has de realizar prácticamente ātma. El problema es que no sé qué es la eternidad. Es una palabra que ha de ser revelada, desenvuelta y enseñada metódica y apropiadamente. Si es así, nadie puede decir «no me conozco».

Pero al mismo tiempo no puedo decir «me conozco». Por eso, algunos dicen «estoy en el proceso de conocerme». Lo cual es más correcto de decir; estoy en el proceso de conocerme. En esta afirmación no hay juicio, no digo que no me conozca porque eso también es erróneo.

Alguien puede decir que hace diez años dijiste que estabas en el proceso de conocerte. No pasa nada, incluso más años. Estoy en el proceso de conocer, soy el ātma ilimitada. No es un conocimiento ordinario para desplegar en toda una vida. Aunque el hecho de conocerlo no lleva tiempo, el proceso de llegar a conocerlo parece que sí, el proceso de ganar esta claridad, por ello, estamos tratando ahora con los versos sobre la contemplación necesaria para asimilar la enseñanza. Se ha de contemplar con bhavana. Esta palabra, bhavana, no significa «sentimiento» como muchos traducen, consiste en resaltar el conocimiento de uno mismo con la ayuda de una palabra.

El verso dice que soy eterno (nitya), completo (pūrṇa), ¿Cómo? Eres la verdad del tiempo, no estoy sujeto al tiempo, este hecho ha de ser subrayado, enfatizado, ha de ser visto sin pensar o pensando. Ciertos argumentos son dados para verlo y esos argumentos los traes a la contemplación para ver. Que estoy sujeto al tiempo es negado, y que soy eterno es subrayado y entendido, esto es la contemplación.

Esto es dhyānam, es saguṇa Brahman para Īśvara Pārameśvara. Puedes contemplar en Īśvara, con la recitación de «Īśayah Namah»: Mis saludos al Señor. ¿Quién es Īśvara? Todo lo que hay aquí es Īśvara. Empiezas a verlo y tomas cualquier ayuda que se requiera para verlo y los argumentos para volver a ese marco de referencia. Esto es necesario hasta que se haga natural. Es un proceso que es señalado aquí en este verso con la contemplación necesaria.

Suddhī, es el sujeto del verso, aquel cuyo buddhi está limpio, esa persona se ha expuesto a la enseñanza y no tiene dudas. Ananda, lo ilimitado tiene sentido, veo el significado. Suddhī, esa persona de claridad, de entendimiento claro, dhyah, buddhya.

Khila, significa restos, excepciones y a-khila, sin restos, sin excepciones. Dṛśyam es cualquier cosa que objetivas, akhila dṛśyam es cualquier cosa que objetives, sin excepciones, incluido tu cuerpo y sus atributos, los sentidos, la memoria, el conocimiento, la ignorancia, el prāṇa, la sed, el hambre, todos ellos (sarvam dṛśyam) los objetivo. Los reconozco a través de los sentidos y otros medios de conocimiento como anumānam, arthapati, todos akhilam, vistos por mí, perceptualmente, inferencialmente, y mediantes estos libros que creemos que son verdad y que hablan de puṇya, pāpa, etc., todo son dṛśyam, y a todos los objetivo.

Disolviéndose, resolviéndose (pravilāpya), resolviéndose mediante la inteligencia (dhīya pravilāpya), mediante la contemplación, mediante el conocimiento, todo lo que objetivo se disuelve en dṛśyam svarūpa, en la consciencia, como la vasija se resuelve en la arcilla.

El que es testigo es un ser consciente, y su contenido no es sino consciencia, esa consciencia lo abarca todo, lo sostiene todo; Ver eso se le llama jñānenam pravilāpya, es la resolución de los efectos en las causas; todas estas objetivaciones se ven como únicamente ātma; aunque exista la pluralidad de vasijas las ves, se resuelven en la arcilla; la pluralidad es variada pero es mithyā; no tienes miedo o eres tímido de la pluralidad. Como el espacio que retiene su pureza a pesar de las divisiones, lo mismo sucede con consciencia ilimitada.

Es siempre la misma verdad, en la contemplación, sin la contemplación, es siempre la misma verdad; una vez que este conocimiento está presente, no necesitas hacer nada, en el principio este proceso existe para contemplar, bhāvayet.

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