Introducción al curso de la Bhagavad Gita (parte VII)

Śama o maestría de la mente (mano-nigraha).

Una vez los objetos han entrado en la mente y se ha formado una impresión, podemos decidir seguir barruntando en ella o no. Para que se cree o se destruya un hábito, se necesita un movimiento de colaboración en una dirección. Es decir, que una vez que el objeto ha entrado en los sentidos, se puede decidir seguir cavilando en él o centrar la atención y energía en algo más importante. Śama implica una cierta maestría sobre los modos de funcionar de la mente que nos permita descartar a voluntad los objetos en los que moramos. La mente ha de ser un instrumento que nos sirva para discernir sobre lo importante, y no un yo-yo que sigue los pensamientos sin ningún tipo de selección. Para que se pueda practicar śama,  hay que practicar también dama, de lo contrario, la mente no estará disponible.

Puesto que con la práctica de dama y śama, descartamos muchos objetos innecesarios, nos queda más tiempo que dedicar para otros fines más elevados. Por eso, Kṛṣṇa señala en el verso 61:

«Que el que esté dotado de discernimiento, manteniendo los órganos sensoriales en sus propias manos, se siente en contemplación sobre Mí. Para el que tiene todos estos órganos sensoriales bajo control, el conocimiento está bien establecido»

La meditación es una actividad avanzada para aquel que ya tiene dama y śama, y que además ha escuchado (śravaṇam) la enseñanza, de lo contrario, ¿En qué va a meditar cuando Kṛṣṇa dice: “medita en Mi”. ¿Y cuánto tiempo va a permanecer en silencio, tranquilo y con una mente sosegada?

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