El Veda es un instrumento de conocimiento

Descarga el artículo en PDF  “El Veda es un instrumento de conocimiento”

 

Las dos secciones de los Vedas

La totalidad del Veda es conocida como un instrumento independiente de conocimiento.  Este adjetivo “independiente”, es importante porque revela un hecho concreto sobre los instrumentos de conocimiento.

Los cuatro Vedas, Ŗg, Yajur, Sāma y Atharva, están divididos, cada uno, en dos secciones.  La primera sección trata del dharma, la ética religiosa; karma, las acciones religiosas y  rituales; artha, otras acciones especiales con las que se obtiene seguridad; y kāma placeres.  Esta sección, llamada karma-kāņda, la “sección de la acción”, es muy gruesa, porque trata de los deseos humanos y de las acciones necesarias que nos conducen a la consecución de estos deseos.

La última sección de los Vedas es conocida como jñāņa-kānda, la “sección del conocimiento”. Su materia es un único deseo, el deseo de liberación (mokșa).  La consecución de este deseo no se lleva a cabo a través de acciones, que son muchas, sino a través del conocimiento, el cual es único con respecto a la cosa particular que debe ser conocida.

Ambas secciones de los Vedas son fuentes de conocimiento sobre cosas para las que uno no tiene otra forma de conocimiento.  Pero el papel que juega el conocimiento en cada sección es diferente.  En la primera sección hay un conocimiento sobre una variedad de medios y de acciones que deben ser realizadas para ganar una variedad de fines no conseguidos.  La segunda sección contiene el conocimiento sobre un único fin, que ya está conseguido pero que no es reconocido, el cual se obtiene a través del conocimiento en sí mismo: la ganancia del conocimiento es la ganancia del fin.

Las palabras del Veda como instrumento de Conocimiento

Si las palabras del Veda son aceptadas como instrumento de conocimiento, lo que revelan puede alcanzarse sólo a través de este instrumento, y no a través de otros instrumentos de conocimiento.  Cuando decimos que las palabras del Veda son un instrumento de conocimiento independiente, esto significa que las palabras revelan un conocimiento que no puedo ser obtenido a través de los otros cinco instrumentos de conocimiento.

Por ejemplo, existe un lugar llamado Gomukh, donde nace el Ganges.  Este conocimiento lo he obtenido de alguien, quien a su vez lo obtuvo de otra persona que fue a ese lugar.  Esta particular colección de palabras no es un ejemplo de palabras que actúen como instrumento de conocimiento.  Las palabras del Veda son un instrumento independiente de conocimiento, porque los cinco instrumentos que hemos visto[1] no son adecuados para conocer lo que el Veda tiene que revelar.  Y no sabemos de otra forma de alcanzar el conocimiento aparte de estos cinco medios de conocimiento.  Si existe un hecho, un fenómeno, a ser conocido que está más allá de la esfera de estos cinco, tiene que ser para mi beneficio. Ese conocimiento debería ser el asunto de lo que llamamos instrumentos de conocimiento en la forma de palabras.

La temática del Veda no tiene nada que ver con aquello que puede estar al alcance de los otros cinco medios de conocimiento.  El asunto dado a conocer por el Veda tiene que ser algo que no pueda alcanzarse mediante ninguno de los otros medios conocidos de percepción o inferencia (anadhigatam).

Puede argumentarse que un ritual del fuego como agni-hotra es un simple karma que alguien puede inventarse.  Incluso concediendo esta tesis, aún así, no hay forma de averiguar que sea un medio para obtener un resultado favorable (puņya), o que este puņya sea un resultado no visible que se manifestará más tarde.  Todo esto no está al alcance  de los instrumentos de conocimiento disponibles para nosotros, pero son comprensibles.  Esta particular conexión “instrumento-fin no puede ser conocida por ninguna otra forma que por las palabras del Veda.  Por tanto, la materia del Veda es aquella que no puede llegarnos por ninguno de los cinco instrumentos de conocimiento.  Sólo entonces el Veda es un instrumento independiente de conocimiento.  Como instrumento independiente de conocimiento, no requiere ninguna comprobación. Para considerar un medio de conocimiento como independiente, tendremos en cuenta que el conocimiento que nos llegue a través de él no puede ser alcanzado de otra manera.

La inferencia puede ser convertida en conocimiento directo.  Puede ser verificado tanto si hay o no fuego donde hay humo.  Pero cuando estás tratando con partículas sub-atómicas, por ejemplo, este es conocimiento que será siempre indirecto.  El Veda también revela este tipo de conocimiento; habla, por ejemplo, sobre un cielo, siempre distante.  Simplemente tenemos que aceptarlo, porque es un conocimiento que nace de algo diferente a la percepción o inferencia.  No puede ser rebatido, porque habla de algo no refutable.  Si esto contradice algo que conozcas, entonces es directamente refutable.

Este conocimiento fue recibido en forma de palabras como instrumento de conocimiento por los Rishis a través de la gracia del Señor.  Un Rishi es alguien que ve, pero no a través de sus sentidos.  El conocimiento que recibe le es revelado y el conocimiento revelado es algo que no puede contradecirse, (abādhitam).  Además, debe tener la capacidad de revelar algo útil, (phalavat arthabodhakatvam), y no debe estar al alcance de los cinco instrumentos de conocimiento (anadhigata).  Esta es la definición general para un instrumento de conocimiento en forma de palabras como el Veda.

Si esta es la definición del Veda como medio de conocimiento, entonces ¿hay alguna manera de contradecir este medio de conocimiento por otro medio de conocimiento? Un medio de conocimiento es algo que ha de  usarse y después entenderse en términos de lo que revela.  Si el Veda dice algo, ¿cómo voy a contradecirlo? Un instrumento de conocimiento es una prueba en sí mismo (svatah-pramāņa).  La percepción y la inferencia pueden ser verificados, estando dentro del alcance de nuestro conocimiento y teniendo a su alcance cosas que pueden ser objetivadas.  Pero lo que el Veda dice es una prueba en sí mismo.  Se toma como un instrumento de conocimiento independiente.

La sección sobre la acción: varios medios y fines.

El karma-kāņda es la fuente de acciones religiosas especiales: rituales, oraciones y meditaciones necesarias para ganar seguridad y placer en este mundo y en lo sucesivo.

El Veda revela cierto cantidad de medios y fines.  Por ejemplo, una  persona que deseara el cielo debe realizar un ritual que se llama jyotișțoma, svarga-kāmah jyotișțmeņa yajeta.  El medio y el fin son para esa persona que desea ir al cielo.  ¿Cómo llega a desear el cielo?  Como un anuncio de publicidad.   El anuncio introduce un nuevo producto del que nunca has oído hablar, y entonces deseas el producto y te lo compras.  De manera similar, el Veda mismo te habla de la existencia del cielo, su deseabilidad, y las ventajas del estar allí.  Se crea un deseo en ti por conseguirlo, ya que estás buscando un lugar que ofrezca felicidad que no sea inhibida por el dolor.  El Veda mismo hace promoción turística para ir al cielo.  También te da una  opción: el cielo es algo que puede ser ganado haciendo deberes diarios y en ciertas ocasiones (nitya-naimittika-karma). Esto te conecta con ciertos medios o disciplinas que te prometen el cielo  a posteriori.  Tanto el procedimiento del ritual jyotișțoma como el fin (el cielo) son desconocidos. Hay dos incógnitas.  Ninguna de ellas puede obtenerse por percepción o inferencia.  No puedo comprobar que no sea verdad, ni que sea útil.  La sección que maneja el jyotișțoma en el Veda nos dice quién puede hacerlo, cuáles son los resultados, etc.  Aquí, ambos, el fin y el medio son desconocidos.

El Veda también nos ofrece unos medios que son desconocidos para fines conocidos.  Por ejemplo, en el ritual prescrito para el nacimiento de un niño (putra-kāmeșți), el deseo del fin es conocido, un niño (putra).  Puesto que es algo conocido, puede haber un deseo por ello.  A través del ritual, putra-kāmeșți, un resultado invisible se produce para neutralizar cualquier resultado indeseable invisible que está obstruyendo la consecución del deseo. En otras palabras, el ritual neutraliza los obstáculos (de naturaleza visible o invisible).

Hemos visto que la materia del Veda tiene anadhigatatvam —una materia que no puede ser revelada por otro medio de conocimiento— y no puede ser negada (abādhita).  Además debe revelar algo útil (phalavat arthabodhakatvam).  Esto debe ser entendido.

Las palabras del Veda son deliberadas.  Tienen resultados y temáticas diferentes que resultan útil para una cosa u otra.  Si la progenie no es la que queremos, cambiamos de página a otra que tenga algo para nosotros. Hay tantos deseos como personas.   Los gustos y aversiones son variados.  Los medios y fines son también diferentes.  Un medio conocido, como la caridad tiene un fin desconocido, como el cielo.  Los medios desconocidos puede tener fines desconocidos o conocidos.  Esto es la temática del Veda.  No es científico porque está más allá de nuestros medios de conocimiento.  Ni tampoco habla sobre lo que está más allá de nosotros.  Toda la colección de palabras en el Veda es considerada como un medio de conocimiento.  Como tal, no puede ser negado (abādhita),  no es conocido mediante otro medio de conocimiento (anadhigata), y revela algo útil (phalavat arthabodhakatvam).

La sección sobre el conocimiento: conseguir lo ya conseguido.

El Veda nos dice que existen cielos, pero nos dice que el cielo no es nuestro objetivo.  El cielo, así como cualquier lugar de dolor, sólo son temporales, porque están sometidos al paso del tiempo.  Vas y vuelves.  De acuerdo con el Veda, como el cielo no es un destino final, el gran esfuerzo para llegar allí no tiene sentido.  Por tanto el Veda nos provee de métodos para ir al cielo, incluso nos apunta sus limitaciones y te hace considerar por qué quieres ir allí.

Puedes decir que quieres ir al cielo porque quieres liberarte del sufrimiento.  Aún así, no serás libre, porque incluso allí tendrás un jefe: Indra, el regulador del cielo.  Puedes decir que como habitante del cielo, tendrás un mejor estándar de vida que el que tienes ahora. Pero allí, también, serás sólo un empleado.  Es más, otro habitante puede tener un trabajo más prestigioso.  Por tanto en el cielo, también, va a haber gran cantidad de comparaciones que hacer.  El Veda dice que en el cielo hay diferentes clases de habitantes celestiales, disfrutando de diferentes grados de felicidad.  Por ejemplo, tenemos un Karma-deva, un deva, un Indra, un Bṛhapati, un Praja̅pati,  en orden ascendente de rango y grado de felicidad. Por tanto, el Veda no presenta el cielo como el último fin.

Puedes decir, “Quiero ir al cielo porque como estoy ahora, no me siento bien”.  Entonces yo te podría preguntar por qué no comienzas a sentir bien.  Tienes mucho tiempo disponible aquí para trabajar en sentirte bien. “Pienso que nunca me sentirte bien” Así que,  has llegado a dos conclusiones: “No estoy bien” y “No pienso que llegue a sentirme alguna vez bien”  ¿Cuál es la base de tus conclusiones? “Tengo más de cuarenta años ahora”.  ¿Qué significa pasarse de los cuarenta años?  Comienzas a darte cuenta de que tus intentos por hacer que la felicidad dure no han funcionado.  Te sientes todavía incompleto.  Si eres un de India, quizás viniste a América.  Entonces obtuviste tu green-card, pensando que una vez que la obtuvieras, todo funcionaría, pero incluso después de haberla obtenido, no cambiaste mucho.  Entonces pensaste que si te casabas, te encontrarías O.K y hallarías la escurridiza y eterna felicidad.  Pero incluso el matrimonio no te hizo sentir totalmente bien.  Pensaste que si tuvieras un hijo, estarías bien.  Después de tenerlo, te diste cuenta, que estás “okay” pero, también, no tan bien.  Entonces dijiste, “Swamiji, ahora que tengo un hijo, no quiero estar aquí, quiero ir a India”.  Bien, de acuerdo, ve a India. “No puedo ir a India todavía, Swamiji.  Pienso que tengo que conseguir más dinero antes de ir.” ¿Cuando tengas ese dinero extra te sentirás libre para ir a India y educar a tus hijos allí?  Año tras año, vas posponiendo el viaje.  Tu hijo se convierte en un adolescente.  Vuelve a casa a las once, a las doce por la noche, y ya no está disponible incluso para hablar.  Así, ¿cómo vas a llevarle a India?  ¿Cuándo vas a hablar con ese adolescente?

Naturalmente, tras haber pasado por estas experiencias, ahora estas en la crisis de la mediana edad.  No es que no hubiera crisis antes de esta edad, pero antes, siempre pensabas que las resolverías. Cuando has alcanzado la mediana edad, te encuentras que lo que has estado haciendo no funciona.  Y tu sistema psicológico tampoco espera que endereces tu vida a tu gusto.Todo tipo de problemas psicológicos comienzan en este periodo;  los temas no resueltos de tu infancia reaparecen.  Y entonces, no sólo sientes que no estás bien, concluyes que no hay posibilidad de sentirte bien.  En este momento, cuando alguien te promete que en el cielo estarás bien, tu estas ansioso por creerlo.  Te agarras a esa creencia para tu querida vida.  Esperas ir al cielo con el fin de ser feliz, y hasta entonces, vives como un zombi, porque este sistema de creencias no te ha dado esperanza para esta vida.  Sólo te instruye sobre qué necesitas hacer para que te permitan ir al cielo.  Incluso después de seguir todas las instrucciones, tendrás que esperar al día del juicio.

La doble conclusión que no estoy bien, y que no puedo llegar a estar bien nunca, es una creencia con la que algunas personas viven.  El Vedanta desafía esta creencia y cuestiona si realmente has investigado sobre ti  antes de llegar a esta conclusión.  Puedes decir, “Si, pienso sobre mí mismo todo el tiempo.  No hay un día que no piense sobre mí mismo.  Todas las mañanas cuando me levanto, pienso sobre el tipo de vida que vivo y me pregunto por qué debo levantarme.”  Esta creencia errónea que mantienes sobre ti mismo es avicāra-siddha, establecida sin inquirir.  Es meramente una noción puesto que ha sido adoptada sin vicāra (análisis).  Y es una noción comúnmente mantenida.  De lo que eres consciente —del cuerpo físico, la mente, y el complejo de los sentidos— eso parece ser que lo que eres tú.  Te sientes limitado por ello y por tanto te sientes una persona insignificante.  Naturalmente, entonces, nada está bien en ti.

Lo que el Vedanta tiene que decir sobre ti niega completamente tu noción sobre ti mismo.  Y lo que dice sobre ti es verificable.  Mientras otras tradiciones pueden decir que eres ilimitado, sólo el Vedanta es una tradición de enseñanza, un medio de conocimiento, el cual te permite claramente verte a ti mismo como ilimitado.  Las palabras del Vedanta manejadas por el profesor apuntan que lo que piensas sobre ti mismo no es verdad y que eres, en realidad, la totalidad.  Mientras escuchas las  palabras, verificas el hecho por ti mismo.  Como se trata de ti mismo de lo que se está hablando, es verificable.  El Vedanta no te habla del cielo;  te habla de ti mismo, el que quiere ir al cielo.  Te muestra como, en tu búsqueda de todas las cosas placenteras,  realmente te estás buscando sólo a ti mismo.

Por tanto la primera sección del Veda contiene el conocimiento de cómo realizar una variedad de acciones que pueden producir resultados ahora o más tarde.  Este conocimiento que proviene de las escrituras sobre los “how-to’s” es un conocimiento que no se encuentra en ningún otro lugar.  El conocimiento en sí mismo no produce el resultado deseado, pero nos dice cómo hacer las acciones que producirán los resultados.  El mero conocimiento de la acción no es un fin en sí mismo.  Cualquier cosa que deba ser obtenida en el tiempo depende del esfuerzo.  El conocimiento de los esfuerzos especiales que conducen a un fin elegido es necesario para obtener ese fin: pero ese conocimiento no es el fin en sí mismo.  El conocimiento no obtiene el fin.  La acción obtiene el fin.  El conocimiento nos dice qué acciones llevar a cabo.

Por otro lado, si lo que es deseable de conseguir está ya conseguido pero no es un hecho reconocido, entonces el conocimiento es un fin en sí mimo.  Este es el tipo de conocimiento que es materia del jñāņa-kāņda, la segunda sección del Veda, llamada Vedanta.  Esta sección trata del Ser ilimitado y adecuado que todo el mundo quiere ser.  Si el Ser ilimitado y adecuado es mi naturaleza, no reconocido por mí, entonces el conocimiento de este hecho me hace el ganador de lo que busco.  El conocimiento y el fin son idénticos cuando lo que uno quiere obtener es ya un hecho obtenido.



[1] Los cinco instrumentos de conocimiento (prama̅ṇas) en Vedanta son: percepción sensible (pratyakṣa), inferencia (anuma̅na), presunción ( artha̅pati), analogía(upama̅na ) y ausencia de aprehensión (anupalabdhi).

 

 

El Veda es un instrumento de conocimiento
Por Swami Dayananda Saraswati.

Traducido por Gloria Alcaide. Revisión Oscar Montero.
Traducción de una conferencia en Arsha Vidya Gurukulam.

 

  1. Paloma dice:

    Hola Oscar,
    Estoy convencida de que lo que buscamos es muy sencillo, mucho más de lo que parece, pero se necesita una clave para acceder a ello. Has descubierto “la clave”?. Un saludo

  2. Susana dice:

    Hola!
    El artículo me hizo pensar en el aforismo griego
    “Conocete a te mismo”, esto es bastante difícil: conocer mis miedos,
    mis verdades, mis cambios internos…, tantas cosas…
    todo condicionado por las circunstancias de mi propia vida.
    Conocerme a mi misma siento que es una especie
    de entrenamiento para comprender a otras personas
    Gracias Oscar, saludos.

    .

  1. There are no trackbacks for this post yet.

Bookmark and Share