El ojo del conocimiento contempla este Ser-Consciencia-infinitud omnipresente. El ojo de la ignorancia no lo contempla, así como el ciego no puede contemplar el sol resplandeciente. Verso sesenta y cinco
sarvagaṁ saccidānandam jñānacakṣurnirīkṣate
ajānacakṣurnekṣeta bhāsvantaṁ bhānumandhavat
El ojo del conocimiento contempla este Ser-Consciencia-infinitud omnipresente. El ojo de la ignorancia no lo contempla, así como el ciego no puede contemplar el sol resplandeciente.
Sarva-ga, que está en todo, omnipresente | √īkṣ, observar, contemplar |
Sat-cit-ānanda, ser-consciencia-infinitud | Bhāsvat, resplandeciente, luminoso |
Jñāna-cakṣus, ojo del conocimiento | Bhānu, sol |
nir√īkṣ, observar, contempar | Andha-vat, como un ciego |
a-jñāna-cakṣus, ojo de la ignorancia | |
Na, no |
Jñāna-cakṣus, la persona que tiene el ojo del conocimiento íntimamente reconoce que Brahman lo abarca todo, sarva-gaṁ, que es sat-cit-ānanda.
Si es sarva-gaṁ, que está presente en todo, si es así, ¿por qué hay personas que no lo reconocen? Uno debe reconocerlo pero tiene que tener ojos. El sol brilla pero un ciego no puede verlo. De manera similar, el que no tiene el conocimiento de la sabiduría no puede verlo, sólo ve la división objeto-sujeto y se siente perturbado por los objetos, de los cuales, se considera un objeto más. Hay muchos factores que disturban y él es sólo un más entre los muchos, se siente víctima, se siente perseguido. ¿Por qué yo? Cuando habla de compartir, sólo hay tres personas: Yo, mi y yo mismo. Y luego habla de « ¿Por qué yo?»