El fuego del conocimiento surgido de la escucha del maestro. Verso sesenta y seis.

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śravaṇādibhiruddīptajñāgniparitāpitaḥ

jīvaḥ sarvamalānmuktaḥ svarṇavaddyotate svayam

Ardiendo en el fuego del conocimiento, surgido de la escucha del maestro, [y de la reflexión y contemplación] el individuo, libre de toda impureza, brilla por sí mismo como el oro.

 

Śravaṇa-ādi, escucha, etc Mukta, liberado
Uddīpta-jñāna-agni-partāpita, ardiendo en el fuego del conocimiento surgido Svarṇa-vat, como el oro
Jīva, individuo √dyut, irradiar, brillar
Sarva-mala, toda la impureza Svayam, por sí mismo

 Existen tres etapas en el conocimiento de ātma: la escucha (śravaṇa), la resolución de dudas (manana) y la contemplación (nididdhyāsana) o asimilación de su significado. ¿En qué consiste este conocimiento de ātma (ātma bodha)? En primer lugar, existe una confusión y error acerca de lo que es ātma. Ātma es evidente en sí misma y es parambrahman, sin embargo, este hecho no es conocido, y ha de ser conocido. ¿Qué requerimos para conocerlo? Se requiere un medio de conocimiento, un pramaṇa. Ātma ha de ser conocido pero sucede que ātma es el conocedor, y el mismo contenido del conocedor ha de ser conocido por el propio conocedor. No tenemos medios de conocimiento adecuados para conocerlo con los medios de conocimiento a nuestro alcance (sentidos, inferencias, deducciones, analogías, asunciones). El problema es que existe una confusión sobre lo que es el conocedor, sobre lo que es ātma, sin embargo, ātma no es desconocido totalmente, de hecho, ātma es conocido de forma adecuada para poder confundirlo ya que para cometer un error sobre algo, en primer lugar, ese algo ha de ser evidente; si cometes un error sobre un objeto, en primera instancia, la ubicación o lugar del objeto ha de ser evidente de alguna forma, sino, no es posible cometer un error. De forma que, ātma se confunde para poder cometer el error y para corregir el error necesitas un medio de conocimiento. El problema es que no contamos con los medios adecuados de conocimiento para reconocer ātman. Contamos con las percepciones de los sentidos que se encargan de conocer objetos en la esfera de percepción de cada sentido, contamos con las operaciones lógicas como inferencias, deducciones, comparaciones, etc., todas en base a los datos de la experiencia sensible. Estos son los medios de conocimiento dados al conocedor. Empero, ninguno de ellos está preparado o es adecuado para conocer ātma. Estos medios de conocimiento están diseñados para conducir nuestras vidas. Estos medios de conocimiento no pueden resolver la confusión de ātman. Un gran científico, un premio nobel, no necesariamente poseen autoconocimiento. Que se disponga de éxito o conocimiento en un campo profesional no lo hace más preparado para el autoconocimiento.

Se hace necesario el discernimiento epistemológico antes de comenzar esta vida espiritual para saber por qué medios es posible conocer ātma. Es imprescindible contar con un medio de conocimiento externo, aparte de la percepción sensible. Se puede emplear los ojos para captar las formas propias dentro de la esfera de este órgano de percepción. Para ver es necesario abrir los ojos y usarlos. Lo mismo sucede para conocer ātma, se ha de emplear un medio de conocimiento adecuado a la realidad de lo que necesita ser reconocido.

En vedanta contamos con la palabra (śabda) del vedanta. La palabra ha de ser empleada por un maestro que ha aprendido las grandes sentencias del vedanta  (vedanta mahā-vākyas) y conoce el empleo de esas palabras. Existe una tradición (sampradāya) y un método de enseñanza que ha sobrevivido hasta nuestros días. Cuando el maestro enseña vedanta el discípulo está empleando el medio de conocimiento del śabda, de la palabra del vedanta ¿Cómo? Exponiéndose a la enseñanza y  habiendo suspendido todas las nociones sobre uno mismo, sobre el mundo y el Señor. En primer lugar hay fe (śraddhā), con śraddhā escuchas y empleas el medio de conocimiento manejado por el maestro. El guru debe saber, si el guru no sabe que es un medio de conocimiento, no será prudente o cuidadoso a la hora de utilizar las palabras, y así, lo que las palabras hacen no tendrán importancia.  Si los ojos tienen sus propias ideas, no puedes ver lo que hay, los ojos no deben de tener sus propias ideas, lo mismo sucede en vedanta.  El maestro ha de asegurarse que las palabras comunican la misma cosa que supuestamente han de comunicar. El guru debe saber qué dice y la manera en que lo dice no debe crear ninguna distorsión en lo que transmite ya que según viajan las palabras al estudiante, éstas pueden crear confusiones.

Por parte del estudiante,  mientras se expone a la enseñanza es importante el abandono, la suspensión de las ideas propias adquiridas, vedanta vākya vicara guru, esto es śravaṇa. Cuando hay una duda sobre el propio medio de conocimiento (pramaṇa), todavía pertenece a  śravaṇa, por eso,  tenemos el satsanga, que es parte del programa educativo.

Aclarar las dudas es mananam. Si las dudas están centradas en la enseñanza en sí misma, entonces es śravaṇa. Si las dudas están centradas en las experiencias personales, o en algunas escuelas de “pensamiento”, entonces es mananam. No seguimos a grandes nombres,  examinamos lo que dicen y damos el beneficio de la duda. Que tengan nombre, dinero, poder, seguidores, fama, no los hace más grandes. ¿Qué hace grande a un hombre? Que lo que enseña sea grande. Veamos lo qué dice, cuales son los argumentos y veamos si hay falacias. Y luego, la contemplación (niddihyāsana): entendiendo lo que dice la escritura (śruti), luego llevamos a cabo la contemplación para hacerlo firme, para asimilarlo.

Uddīpta-jñāna-agni-paritāpita,  en el fuego del conocimiento que surge de la escucha del maestro, el individuo (jīva) se encuentra en el horno de este fuego (agni) y sale dorado o derretido como un trika-trika.  En el verso Shankara nos ofrece el ejemplo del oro. El oro es fundido en el calor del agni y lo que queda después de su fundición es oro puro. Lo mismo sucede para el individuo que se somete a este triple proceso de escucha, resolución de dudas y contemplación. El individuo sale de este horno de conocimiento libre de todos los upādhi dharmas, de todas las impurezas, sarvamala. La ignorancia se esfuma, las conclusiones basadas en la ignorancia desaparecen: soy gordo, pequeño, insignificante, etc.  Ātma está libre de todas esas nociones. Y mediante el conocimiento se reconoce que ātma ya es libre, es libre todas las superposiciones, de las impurezas y atributos predicados erróneamente. No tienen nada que ver con ātma y se caen por sí mismas.  No es necesario eliminar nada. Así es como opera el conocimiento. El conocimiento revela al objeto tal y como es. Ātma es libre ya. Así es como es ātma, sat-cit-ānanda svarūpa, ātma brilla por sí mismo.

 

 

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