Comentario al artículo de Patxi Lizardi

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La Asociación Española de Yoga Iyengar (AEYI) publica anualmente una revista (Yoga Jwāla) del interés para la comunidad de yoga. En el número trece de este año 2012 viene recogido el artículo del autor Patxi Lizardi titulado: Reflexiones sobre la actitud necesaria en la práctica del yoga.

Como comentario a algunas áreas de este artículo, voy a publicar en este blog un artículo dividido en las siguientes secciones:

  1. Las técnicas no se pueden concebir aisladas, sin cultura.
  2. ¿La práctica del yoga se dice en singular o plural?
  3. Dos definiciones de yoga tradicionales.
  4. Insuficiencia en el análisis de la liberación.
  5. La solución del yoga a la liberación.
  6. El valor del esfuerzo, su alcance y lugar en la jerarquía de sādhanas (medios).

1. Las técnicas no se pueden concebir aisladas, sin cultura.

¿Cuál es la importancia que adquiere una técnica sin un contexto cultural? Supongamos que tuviésemos en las prácticas espirituales cristianas una disciplina de ejercicios posturales y de respiración parecidos a los expuestos en el popular tratado de yoga Haṭha Yoga Pradīpikā. Los devotos cristianos podrían emplear estas técnicas como medio complementario de purificación en su rutina religiosa diaria. Podríamos fácilmente demostrar que esas técnicas promueven la salud, favorecen una vida disciplinada, sencilla, contenida, y son, en definitiva, conducentes a un estilo de vida impregnado por la visión y la cultura del mensaje cristiano.

Ahora bien, supongamos que esas técnicas se desvinculasen de todos los aspectos que recoge la cultura cristiana, y se exportasen a otra sociedad moderna donde el valor por la sabiduría, la búsqueda de la liberación, las prácticas religiosas, el dharma, las relaciones comunitarias y otras instituciones tradicionales ya no fuesen entidades a las que la población se acogiese mayoritariamente.

En esa sociedad moderna, los sujetos que adaptasen esas técnicas a sus hábitos de vida, por muy potentes que fuesen las técnicas —desvinculadas completamente de su cultura—, recibirían beneficios, sin duda, pero ciertamente limitados puesto que esas prácticas-técnicas fueron precisamente concebidas como prácticas complementarias; Prácticas que estaban diseñadas para complementar un estilo de vida sustentado por una visión. Y precisamente, es la visión y su mensaje los que confieren el poder semántico a la cultura y al estilo de vida que se adopta para realizar la visión.

Otro ejemplo que demostraría el valor de la cultura sería el siguiente. Supongamos que el mismo B.K.S. Iyengar-genético hubiese nacido en el barrio madrileño de Aluche, en la década de 1970. Para facilitar la ilustración elegiríamos un nombre español, por ejemplo, Hermenegildo Peláez. Hermenegildo adquiriría el mismo vigor y dedicación que B.K.S. Iyengar, y dedicaría su vida con la misma intensidad a la práctica del yoga pero, en este caso, despojado del paisaje cultural en el que nace B.K.S. Iyengar. Supongamos que Hermenegildo Peláez careciese de la devoción religiosa, de las costumbres comunitarias, de los rituales e iniciaciones, de una familia ortodoxa, de la influencia de su guru, de la inspiración y la visión que le han aportado la Bhagavad Gītā los y Yoga Su̅tras, y de toda la tradición cultural védica heredada que ha atravesado de pies a cabeza la moralidad de B.K.S. Iyengar.

Hermenegildo Peláez podría practicar con idéntica perseverancia diez horas diarias. De igual modo un alumno de yoga puede ser muy sincero en su práctica de āsana-prāṇāyāma, y practicar con igual vehemencia. Sin embargo ¿creéis que Hermenegildo Peláez o el alumno moderno llegaría a donde ha llegado B.K.S. Iyengar? Lo más seguro es que no. ¿Por qué no? Porque B.K.S. Iyengar no se puede concebir sin el amparo de una cultura, y es esa cultura la que ha dado significado a sus investigaciones y a su búsqueda, al margen de la influencia de las acciones pasadas (prarabdha-karma) que se debían de manifestar en su vida.

Las prácticas desarraigadas completamente de la cultura (de los valores y costumbres, de las normas de conducta, de la vida comunitaria, de la historia y la sociedad, de las prácticas purificatorias y rituales, de la filosofía, de la religión, del lenguaje, del arte, etc.) transformarán sólo parcial y temporalmente. ¿Por qué? Porque las experiencias derivadas de esas técnicas serán tan buenas como las interpretaciones que uno le quiera dar, y la interpretación siempre depende del conocimiento que uno tenga. Las experiencias derivadas de esas técnicas podrán aclarar y presentar de una forma más nítida lo que uno ya sabe, pero no aportarán conocimiento nuevo. La experiencia —por muy trascendente que sea— sólo contiene hechos que han de ser interpretados. La experiencia, en sí, no es capaz de responder, de dialogar, de interpretar. ¿Desde dónde y cómo va a aportar la experiencia por sí misma el significado? Sólo puede hacerlo desde la persona insertada en una cultura que está impregnada de símbolos, de saberes e interpretaciones, de ideas, de verbo, de logos.

El formato cognoscitivo olvidado.

El evangelio según San Juan explica muy bien la importancia de la visión, del logos, del conocimiento: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas” (Jn. 1:1-3). ¿A qué se refiere con el verbo? Los primeros padres de la Iglesia (Filón de Alejandría, Justino Mártir, Clemente de Alejandría…) señalan —tomando prestado de los conceptos filosóficos neoplatónicos—que el verbo es el logos, las palabras, las ideas en la mente de Dios (San Agustín). ¿Qué son las ideas? Conocimiento. En este caso, conocimiento revelado que no está disponible de otra forma por ninguno de los otros instrumentos de conocimiento (percepción sensible, inferencia, analogía, asunción). En la trinidad cristiana el hijo de Dios es la sabiduría, el logos; Sabiduría que salva, que tiene el poder de purificar y otorgar la libertad. Esa sabiduría se aglutina y se conforma alrededor de toda la cultura cristiana que forma un estilo de vida conductivo a la realización de la visión que promete.

San Juan no dice: En el principio era la “experiencia”. Es el verbo, el conocimiento revelado, lo que da comienzo y sostiene la cultura cristiana, y no una experiencia derivada de una práctica.

En la tradición védica, de la cual forma parte el yoga, la enseñanza escrita (y oral) se mantiene en forma de diálogos entre un alumno y un profesor. El profesor expone una enseñanza y el alumno pregunta, escucha, analiza y contempla las respuestas. El dialogo más popular, la Bhagavad Gītā contiene este formato dialéctico, es decir, que la enseñanza implica comunicación usando el lenguaje, usando el poder semántico que confieren las palabras, el verbo, para despertar el conocimiento y la facultad de discernir del intelecto. El despliegue de la enseñanza se transmite siempre con las palabras y no con una técnica-experiencial, si bien una técnica puede ser útil pero como complemento nunca sustituible por una compresión totalizadora que da sentido a la vida.

Patxi Lizardi en su artículo habla de tapas y de esfuerzo en la práctica de yoga, no obstante, se le olvida darle la importancia que merece el esfuerzo cognoscitivo y cultural representado por svadhyāya en el sūtra (II.1) que él mismo ha elegido. El esfuerzo es descrito desde varias acepciones, sin embargo –quizás es mi percepción y me equivoco– este esfuerzo se traduce en las clases, que es donde los alumnos aprenden en qué consiste el yoga, en un esfuerzo encaminado únicamente a ese tipo de práctica, la de āsana y prāṇāyāma. Que este tipo de práctica puede llevar cargada en sí misma una concepción moral es bastante obvio, y analizado desde una perspectiva filosófico-materialista āsana-prāṇāyāma puede moldear la vida anímico-moral del sujeto, con todo, y ya que Patxi Lizardi está haciendo un esfuerzo por recentrar la práctica de yoga, estaría de muy buen ver que se presentase la cultura del yoga con los dos componentes fundamentales que contiene: Brahma-vidyā (el conocimiento de Brahman) y yoga-vidyā (el conocimiento del yoga).

Dejarse en el tintero Brahma-vidyā es como olvidarse de Pelé en la historia del futbol. Por otro lado, en el tema de yoga-vidyā, no se hace referencia a los versos de la Gītā 2.48 y 2.50 que constituyen dos de las definiciones más ortodoxas de la práctica del yoga. Ya que apuesta por un yoga de esfuerzo, el esfuerzo no puede ir sólo dirigido a practicar una técnica de concentración como āsana y prāṇāyāma. Si no hay un esfuerzo totalizador que aúne teoría y práctica, inteligencia y corazón, el yoga se nos muestra cómo una simplificación apta para los amantes de los recetarios de cocina.

¿Es que acaso se puede desvincular alegremente el esfuerzo cognoscitivo del práctico? ¿Podemos permitirnos el lujo de marginar al verbo porque una (de varias) de las definiciones de yoga haga referencia a la suspensión de la actividad mental? A ver si resulta que va a ser un empeño estéril aquel yoga que no está impregnado con la fuerza de la palabra. Incluso la doctrina del yoga de Pa̅tañjali tiene un libro que, precisamente, no tiene hojas en blanco sino que está repleto de palabras.

Resultaría chistoso imaginar un sacerdote cristiano que se esforzarse únicamente en practicar una técnica de concentración descuidando el esfuerzo dedicado a la teología moral y dogmática, la liturgia, la filosofía, la historia, el latín y griego, la sagrada escritura, la vida pastoral, la meditación en la palabra de Dios, etc. Quizás sea más fácil adoptar ese esfuerzo único en practicar una técnica para aquellos tuvieron una formación que tratase con el sentido de la vida, que abarcase la filosofía, la religión, las humanidades, los saberes tradicionales, pero si el yoga es una disciplina completa que pretende orientar al hombre sobre su lugar en el mundo, ¿Qué clase de favor estamos haciendo al tratar el yoga como una abstracción reduccionista? Quizás la culpa de todo esto resida en quienes consideran el yoga como asociado unívocamente al aspecto más conocido del yoga de Pa̅tañjali —a una técnica de aislamiento del espíritu por concentración— que aparece desvinculada del mensaje y visión de la cultura védica; visión que es río mucho más a ancho que la visión expuesta por Pa̅tañjali en su obra, la cual ha de ser entendida y entretejida en el marco cultural e histórico donde nace y se desarrolla la cultura védica.

Las prácticas no son fines en sí mismos.

Si el adepto a esas técnicas cuenta con una visión y cultura cuyo propósito final está encaminado a la liberación, entonces esas prácticas adquieren una relevancia en armonía con el objetivo (la libertad) buscado por dicha cultura.

No hace falta que el adepto al yoga adopte la cultura védica, empero, no vendría mal que se informase más y adquiriese valores teóricos y prácticos, al menos, de la propia cultura donde ha nacido. El yoga sin cultura será un mero travesti aunque se vista con el manto de una técnica poderosísima. Aunque la persona sea atea, agnóstica, o creyente, usará las técnicas del yoga según los objetivos y entendimiento que posea. Y buscara legítimamente el provecho que le pueda extraer según su necesidad. Pero también es fundamental comprender que el yoga cuenta con su propia cultura, independientemente de que el adepto la conozca o no, y que en esa cultura, las técnicas se han de ver como un complemento para alcanzar la visión que presenta la cultura y no como fines en sí mismos.

Es preciso aclarar esta distinción por la tendencia a conceder un énfasis desmesurado a la práctica de yoga —entendida ésta como una técnica de concentración—, a una vida de esfuerzo aplicada a la práctica y al resultado que puede producir en sí mismo sin cultura, sin visión totalizadora.

La doctrina reduccionista no es nada inocente y cuenta con numerosos beatos adscritos a la liturgia del esfuerzo ascético. No estaría de más que abandonásemos el pasotismo grosero de ignorar la cultura védica, corriente que parece de estar de moda, o que debe ser demasiado difícil para aquellos que después de una clase de āsana están tan molidos por ese esfuerzo tan fértil que no les queda ya un átomo de glucosa en sangre para dejarse orientar por otra clase de esfuerzo teórico-práctico, un esfuerzo que está fuera del alcance de la parroquia.

Recuerdo una cita ingeniosa, que viene a colación, del ensayista cristiano G.K. Chesterton en el libro Lo que está mal en el mundo, ed. Ciudadela, pág. 20: “Pero sé que este enfoque primario de la teoría (que no es más que apuntar al objetivo) le expone a uno a ser tristemente acusado de estar tocando el violín mientras arde Roma […] Está mal tocar el violín mientras arde Roma; pero está bastante bien estudiar la teoría hidráulica mientras arde Roma. Debemos, pues, abandonar nuestro agnosticismo diario y tratar de rerum cognoscere causas.”

  1. Gerardo dice:

    Estoy de acuerdo contigo.Pero muchos orientales-occidentalizados tienen la culpa de todo esto; es decir de ver el yoga como una simple gimnasia, apartándola de todo el contexto y sus relaciones con todo tipo de filosofía, e incluso de la cultura en la que ha nacido, la hindú.Pocos practicantes tienen un interés, que no vaya más allá de mejorar o adquirir un cierto bienestar físico, pero claro supongo que cada uno escoge lo que quiere; tampoco se puede obligar a la gente, a preocuparse por la liberación.Es por eso que aunque el yoga físico no esté separado del raja yoga, se lo separa, para indicar, que el aspirante no pretende ir más allá, de lo físico /sutil.

    • Gerardo,

      No se si te he entendido el sentido de tu última frase. De todos modos, en mi comentario no he hablado de esta clase de discusión sobre si el yoga es físico, mental, espiritual. Creo que tu tampoco haces referencia a este aspecto pero lo has mencionado. Lo que quiero resaltar es que el yoga no puede ser entendido sólo como una técnica de concentración/absorción que conduce a la liberación. Quiero resaltar otras acepciones del yoga que son menos conocidas, y que no tienen la suerte de estar tan diseminadas. En general, tanto en La India como en en occidente, hay una corriente generalizada de atribuir el yoga a una suerte de mística. Y aunque esta corriente mística y ascética está muy presente, existe una exageración y una clamor popular en destacar los aspectos románticos de la mística. Creo que se ha de hacer justicia a la cultura védica y exponerla con la pluralidad de saberes y conocimientos que involucra. Por eso hago referencia en este blog a aspectos tan importantes de esta cultura, a saber, las 14 categorías de conocimiento védico. Por eso presento también las traducciones de artículos de Swami Dayananda, que a mi juicio y el de muchos otros, es un exponente y defensor de primera linea en mostrar en qué consiste la cultura védica.

      https://oscarmontero.com/los-veda%e1%b9%85ga-s-seis-disciplinas-para-el-estudio-de-los-textos/
      https://oscarmontero.com/las-catorce-categorias-de-conocimiento-vedico/

  2. Julian dice:

    Me encantaría que publicaras el artículo de Patxi Lizardi. Sería posible?

    Saludos y gracias

    • Hola Julián

      Me temo que no es posible, es un artículo aparecido en la revista de la Asociación de Yoga Iyengar. Si eres socio puedes bajártelo en PDF. Voy a preguntar pero no creo que se pueda.

  3. Silvia dice:

    Oscar,
    de alguna manera en tu artículo dejas entrever, si no lo he entendido mal, que en las propias clases debería haber algún momento de dedicación a las escrituras védicas, a la cultura védica no? De alguna manera es como querer “cristianizar” a quien va a las clases. Entiendo que eso puede crear rechazo desde el principio en ciertas personas que, como yo, tengan sus prejuicios respecto a las religiones. Con el tiempo la práctica nos va cambiando hasta hacernos sentir la necesidad de esa búsqueda de “algo más”. Al menos hablo por mí.

    Aunque entiendo tu postura y es cierto que en muchas ocasiones yo también siento que me falta esa parte, me falta y necesito esa transmisión oral, creo que no por el hecho de acercarse una persona al yoga tenga por qué tener esa inquietud. O no tiene por qué tener esa inquietud desde el primer momento.

    A ver si me explico, hay muchas maneras de llegar al mismo sitio y una persona no es la misma el primer día que empieza su clase, que cuando lleva 10-15-20 años y aun así, no todos somos iguales. Es cierto que se va creando, y eso sí es fruto de lo que transmiten los profesores, una idea de abandono a un Ser superior, a una Idea o Proyecto Personal , a lo que uno crea, como dice Patxi muchas veces. Y al final eso es de lo que se trata no? ¿Por qué no podría beneficiar yoga al máximo número de personas? También a las personas que no buscan la liberación. Y en cualquier caso en una clase no es posible practicar y transmitir tantas ideas.

    Sí estoy de acuerdo en que sería muy interesante que hubiera ocasión de tener talleres, grupos de encuentro, de estudio, o ponencias. Pero habría que tener tanto, tanto cuidado. Para muchos acabaría convirtiéndose en una relación maestro-sisya, casi como una iglesia y eso es peligroso, porque se crea una relación emocional y dependiente. Y para otros podría acabar convirtiéndose en una relación filosófica que no conduce a nada más que al mundo de las ideas. ¿Dónde está el equilibrio?¿Dónde está el valor nutritivo moral y emocional exacto? Supongo que esa es la dificultad de llevarlo a cabo. Y entiendo que puede que sea la razón por la que no se hace. O en muy contadas ocasiones.

    Por otro lado, yo sí siento que en las clases no sólo se habla de técnica en las posturas. Hay profesores que, sin hablar, sin soltarte un sermón, son capaces de hacerte ver la vida de otra manera. Son capaces de ayudarte a eliminar sombras, a saber cuándo debes relajarte, a ser tolerante, sientes que cuando haces las posturas no estás haciendo posturas sin más, sino aprendiendo recursos para vivir mejor y ser mejor persona…. No se cómo lo hacen, pero lo hacen. Y te transforman por dentro. Y eso es transmisión también. Por supuesto, no todos los profesores pueden o saben hacerlo. Y para mí se convierten en maestros.

    • Iñaki dice:

      Gracias Silvia,porque has sabido expresar al 100% lo que pienso y no sabía como escribirlo.Me identifico completamente con TODO lo que has expuesto.

      Precisamente vengo ahora mismo de una clase de pranayama,en la que al final se nos ha mencionado el encuentro con Atman,ciertos sutras de Patanjali ….si esto mismo me lo nombran en mi segunda clase de yoga hace tres años,puede que habría salido corriendo;pero la práctica me ha transformado y de hecho estoy ávido de que me transmitan más información/conocimiento sobre la Gita,Vedanta,Sutras,etc.

    • Entiendo muy bien vuestra postura, y creo que es la posición más aceptada como alumno de yoga, pero como alumno de yoga “moderno” que no cuenta con un paisaje cultural-histórico más amplio. Es muy respetable porque la intención de mejora, de trabajo, de disciplina, de dedicación, implicación, todos estos aspectos, son algo raro de ver hoy en día.

      Yo aluciné cuando tomé contacto con el yoga, y cuando conocí a mis profesores, que son algunos de los que vosotros estáis hablando. Por suerte, o desgracia, tuve la ocasión de conocer varias escuelas de yoga y de seguir sus métodos durante algunos años. Ese conocimiento puede dar una cierta perspectiva de la complejidad y riqueza del tema.

      Por eso, comparto vuestra visión pero sólo a medias. Esta concepción de la que habías supone un estilo de vida disciplinado, limpio, claro y sincero aunque teñido de un tipo de adoctrinamiento sútil pero implacable, casi imperceptible para el alumno que está sumergido en una concepción de práctica reducida a un círculo hermético de ideas donde no se discute su validez, y cuyos ideales son exaltados. Quizás, en parte, es casi necesario, un cierto ensalzamiento de las doctrinas que suscitan en el practicante un fervor incuestionable para progresar en sus prácticas.

      Pero al mismo tiempo es casi imposible darse cuenta de este fenómeno, a no ser que uno tenga cierta inclinación a hacerse preguntas.
      Y siento con cierta desilusión, que es completamente inútil dirigirse a los “practicantes de yoga” porque éstos sólo están interesados en la práctica, en la experiencia. No hay un interés en conocer cuál es la verdad de cada experiencia, no hay interés por la filosofía, ni por el conocimiento, ni por la religión. Por eso, es una batalla perdida de antemano. Incluso en los que dicen que tienen verdadero interés, en realidad, no lo tienen. Y no lo tienen porque no hay un compromiso. Hay compromiso en la práctica pero no en el conocimiento. Y no lo hay por varias razones. Primero porque el yoga Iyengar no es una disciplina dialéctica. Los profesores no están entrenados para estudiar o enseñar el shastra. Por eso es inútil. Un alumno sincero que tenga inquietudes no puede acudir a un profesor de yoga Iyengar porque éste no ha recibido formación para poder instruir en una forma dialéctica-filosófica. Así, el que tenga esa inquietud tendrá que llamar a otra puerta.

      Como apenas hay interés por el tema, pues no se crea tampoco la necesidad. Como no vemos ejemplos en nuestros profesores, los alumnos creen que no es necesario. Sin embargo, creo que es un error capital. Y sino escuchad lo que puede decir Prashant Iyengar en sus clases.
      Desde el propio corazón de la familia Iyengar, el hijo de B.K.S Iyengar, Prashant Iyengar, realiza una crítica demoledora del propio adoctrinamiento al que estamos sometidos todos los alumnos de yoga Iyengar, de los profesores, de los profesores “Senior” a los que tanto admiramos y de muchos de los aspectos que quizás consideréis como incuestionables. Y creo que esta crítica está muy bien. Muy bien por muchas razones, pero para empezar, como baño de agua fría para no ser tan fanático de una práctica determinada y una concepción tan rígida como la que se sostiene como “normal”. Quizás esté muy bien demoler para construir desde unos cimientos más frescos.

      Si no habéis acudido a sus clases en Pune, os pido que intentéis acudir, o sino podéis, al menos, comprad los cds de sus clases. Antes de ir, os recomiendo que os toméis una “tila” para que no os siente mal la crítica feroz que hace al “core” de vuestras creencias. Y lo hace el hijo de BKS Iyengar, su hijo, precisamente. Un hijo que ha sido, o es, una de los alumnos más avanzados. Claro, muchos lo ven como una cismático porque confronta las creencias asentadas durante tantos años de “práctica” tan sincera. Sin embargo, bendita sea la concepción de “su” yoga, que abre dimensiones de práctica y de estudio. Pero claro, ¿Quién puede y se atreve a dar clases como él? ¿Dónde está la incorporación de sus enseñanzas a los programas de estudio y práctica de los profesores y alumnos? Lamentablemente, como no corresponde con el modelo de “practicante de yoga moderno” su enseñanza no tiene la repercusión que debiera tener.

      El problema es complejo. La raíz de estas aceptaciones modernas del yoga está en la crisis antropológica profunda que el hombre vive desde finales de la edad media, especialmente a partir del siglo XIX con la incorporación de las ciencias y las tecnologías a la industria, y de cómo se ve afectado las relaciones sociales y humanas, como se ve afectado el sustrato de vida comunitaria y el credo intelectual y moral de la sociedad. Hay autores que supieron verlo muy bien: Max Scheller, Junger, Chestterton, Ortega y Gasset … Sin una reflexión seria histórico-cultural sobre la posición del hombre en el mundo es imposible captar cual es el trasfondo que nos afecta. Y este trasfondo se ve reflejado claramente en el “practicante moderno” de yoga, que es incapaz de ver por qué tiene esa aversión hacia la religión, hacia la filosofía, hacia los conocimientos primarios y básicos. Es la falta de perspectiva histórica y la aceptación de otro tipo de credos basados en los nuevos modelos de positivismo y del auge de las ciencias de la naturaleza la que confieren unos valores anti-religiososos, anti-humanistas, anti-comunitarios, anti-filosóficos. No digo nada porque es imposible tratar este tema aquí en un foro, en una pantalla.

      Hay tal aversión a las palabras “teoría”, “filosofía”, “conocimiento”, “religión”, “intelectual”, que es imposible un cambio cognitivo para el “practicante” de yoga. Por eso la concepción reduccionista se traducen en un pensamiento hermético sobre el yoga y se convierte en una religión. Y digo religión en el sentido peyorativo y negativo que vosotros le dais. Para mi religión tiene una connotación positiva. Ese pensamiento reduccionista del yoga constituye ya una religión en si misma.
      Mirad bien lo que decís: “la filosofía no conduce más que al mundo de las ideas, la relación maestro-estudiante es casi como una iglesia, habría que tener tanto, tanto cuidado en tener talleres, grupos de estudio, ponencias…”

      En fin, todavía ni he contestado al email de Sylvia. Intentaré hacerlo un poco más tarde …

  4. Silvia dice:

    Yo también entiendo tu postura, Oscar, más de lo que crees.

    Yo también aluciné con esos profesores tan herméticos, y todavía a veces me sigue pareciendo “rara” la relación o falta de ella que existe entre los alumnos y los profesores. Aun así siento que me transmiten cosas en las clases, muchas más de las que me han transmitido jamás en ninguna clase de ninguna otra materia. Y no hablo de conocimientos puros sino de experiencias vitales.

    Y aunque en cierto modo me incomoda no poder rebatir, en cierto sentido si me siento libre de interpretar a mi manera y de hacerme preguntas a las que solo yo tengo respuesta. Y eso me conduce a pensar que quizá esa sea la razón de ese comportamiento. Es un “No me preguntes a mí. Preguntate a ti mismo porque la respuesta está en ti”. Tú mismo lo dices en otro de tus artículos en tu blog. No puedes encontrar aquello que no está fuera de ti. Por cierto, es un artículo que me ha gustado mucho.

    Y pienso que quizá, y eso es lo que intentaba decir en el anterior comentario, jamás habría llegado a esa conclusión si ellos no hubieran sido así. Yo también he conocido otras escuelas pero jamás me han llenado. Nunca me ha gustado que me cuenten las cosas antes de buscarlas. Quiero ser yo quien busque. O quizá nunca haya encontrado a nadie lo suficientemente serio y “poco volátil” como para captar mi confianza. Pero en cualquier caso eso gustó de la escuela Iyengar. No existe adoctrinamiento. No lo hay. Cada uno sigue su propio ritmo en todos los aspectos. Nadie te dice si tienes que creer o no. Ni en qué. Ni cómo. Cuando yo empecé yoga hace años no era atea pero me daba vergüenza saludar a Patañjali. Me daba vergüenza al entrar y al salir. Me daba vergüenza hacer la invocación. De verdad, lo pasaba fatal. Ahora no. Lo hago con todo mi corazón. Nadie dijo nada ni antes ni después. Ha sido mi propia evolución, mi búsqueda, mis lecturas, mis ganas de saber más, mi comprensión de las cosas. Ese camino lo estoy haciendo sola. Pero lo estoy haciendo. Y de alguna manera mis profesores hacen de contexto.
    Por eso no entiendo eso que dices de que los alumnos de Iyengar no se hacen preguntas. Yo creo que sí nos las hacemos. Yo sí me las hago. A diario. Cada minuto. Quizá buscamos en lugares diferentes. O quizá las preguntas sean distintas. O quizá están formuladas de otra manera. O quizá cada uno tenga un ritmo diferente. O quizá es que no hay más tu tía que buscártelo tú si no hay otra cosa. No lo se.
    Sí es cierto que falta algo más, en eso te doy la razón. No puedo negártelo. Yo misma muchas veces me he planteado que me gustaría algún día hacer el curso de profesores sólo por saber si ahí encontraría más respuestas de las que encuentro, por conocer más allá. Sólo por eso. Y cada vez que mi profesor habla al final de las clase unas palabras bebo de ellas. No es cierto que no haya interés por conocer la filosofía o la religión. No en mi caso. Es sólo que no veo cómo podría ponerse eso en práctica sin convertirse en una relación complicada. Quizá se deba a eso que comentas de que los profesores tampoco han sido preparados para realizar ese tipo de transmisión.

    Es cierto que ni he ido a Pune ni he escuchado a Prashant. Sí he leído sus artículos en Yoga Rahasya, y me han parecido muy interesantes. Quizá me falte sensibilidad pero no he percibido en ellos una crítica a ese modelo, aunque es cierto que se centra en otros aspectos igualmente importantes.

    Me cuesta conectar unos párrafos con otros porque hablas de muchas cosas. Intento ir contestando. La raíz de muchos problemas pedagógicos surgen en occidente a partir del siglo XIX y se nota en muchos aspectos. Hoy en día la escuela misma donde nuestros hijos aprenden sigue siendo una escuela anclada en principios totalmente obsoletos donde los niños escuchan pasivamente a que un profesor les llene la cabeza. Y precisamente eso mismo ocurre en la clase de yoga. Seguimos con ese mismo tipo de enseñanza. Supongo que te refieres a eso. En parte. La diferencia es que en clase, en cada momento con la práctica nos hacemos preguntas sin parar a nosotros mismos. En una clase de yoga el diálogo no cesa, pero es de uno mismo a uno mismo. El profesor dirige pero la clase y el diálogo lo vivimos cada uno dentro de nosotros mismos. Así que al fin y al cabo no es una clase pasiva. Nadie te llena la cabeza de conocimientos, sólo te dirigen para ver qué encuentras. Y tú verás que haces con lo que te encuentras. A ´mí me parece muy enriquecedor.

    Con respecto a la repulsa a otros credos y religiones, es cierto que en la sociedad existe una cierta repulsa. Al final somos parte de lo que experimentamos. No era lo que yo pretendía plantear. No tengo repulsa por ningún credo en particular. No soy atea. Pero sí creo que es importante distinguir religión de filosofía. La filosofía del yoga es muy clara, la espiritualidad es una cosa y la religión es otra. La espiritualidad es innata al ser humano, el deseo de conocimiento, la filosofía… es natural, el deseo de alcanzar a Dios es natural, y es cierto, como dices en otro post, que al final ya sea por amor o repulsa la idea de Dios siempre existe.

    Pero la religión es creada por el hombre para el hombre. Ya sea para agruparse, ya sea para adoctrinar, para enseñar…para hacer el bien o para conseguir poder, la religión es creada por el hombre. No por ello tiene que ser algo malo ni bueno. Pero quería hacer esa distinción.

    No se si he contestado o si he liado más la cosa…..

    • Sylvia, has traído a colación muchísimos temas, todos ellos importantísimos, pero como vemos, es muy complicado que nos podamos hacer entender en una pantalla. Tú dices que me comprendes más de lo pienso. Yo creo que no, y lo veo en tus respuestas y convicciones. Yo sí que te entiendo perfectamente, y sé desde donde haces esos comentarios, entre otras cosas porque he sido alumno de Patxi durante unos cuantos años y he hecho la formación con él. Así que partiendo del mismo profesor, hemos sido bautizados por las mismos principios. Cada comentario que haces ha pasado por mi “cabeza” centenares de veces. Así que me los conozco como si fueran la palma de mi mano. Y reconozco que los expones con mucha claridad, certeza y convicción. Cosa que es un reflejo de inteligencia, pero que no comparto porque la crítica constructiva que estoy haciendo no la hago sólo desde el yoga de Patañjali o desde el Yoga Iyengar, o desde la interpretación del yoga Iyengar de Patxi Lizardi sino desde otras bases, y perdón por la pedantería, desde otras bases filosóficos-teológicas-antropológicas. Y el ejercicio de hacer esta crítica desde fuera de una parroquia puede enseñar algo si nos dejamos que nos enseñe algo. Porque para eso también hace falta cierta humildad y cierta porosidad intelectual, que es justo lo contrario que el hermetismo fanático. Porque si no se está dispuesto a dialogar y a aceptar los argumentos de otras concepciones, como ejercicio para cotejar y cribar defectos en nuestras creencias, entonces, quizás nos estemos convirtiendo, en funcionarios de cámara.

      1) Idealización de “Yes, we can”
      En torno al tema de estudiar, y de la falta de enseñanza oral, de reflexionar y hacernos preguntas, dices textualmente:
      «Me siento libre de interpretar a mi manera y de hacerme preguntas a las que yo sólo tengo respuesta». […] «Preguntarme a ti mismo porque la respuesta está en ti» […] «Este camino lo estoy haciendo yo sola».

      Sin embargo, en tu primer artículo, cuando haces referencia a la práctica de asana dices:
      «Y uno solo es difícil que lo haga. Necesitas a alguie desde fuera que te ayude a dar un cambio de tirón».
      Es decir, que estudiar se puede hacer por uno mismo, y las respuestas fluyen por si solas. Estudiar filosofía o responder a las cuestiones más fundamentales se puede hacer de forma autodidacta. Y la práctica de asana requiere un profesor forzosamente.

      Este tipo de creencia es muy popular hoy en día. Más bien desde hace tiempo. Pero para darse cuenta de ella hace falta llamar a otras puertas. Su raíz está en la ilustración y adquiere sus rasgos más patéticos en las tecinas modernas de pensamiento positivo, PNL, las teorías de desarrollo personal y new ages, los libros de éxito y otros timos semejantes. La razón ilustrada cree que se puede crear una sociedad y un individuo perfecto empezando desde cero, como con un tiralíneas, sin contar con la continuidad de las tradiciones. Y es más, que el individuo tiene capacidad y dotes para hacerlo por sí mismo, él solito, despreciando los saberes tradicionales, despreciando la autoridad, despreciando los saberes antropológicos que han existido desde siempre.

      Pues bien, este pensamiento de que uno puede encontrar la respuesta por uno mismo, sin contar con ayuda, sin necesidad de la exposición a una enseñanza por parte de alguien que está asentado en Brahma-vidya, y que además conoce el método de enseñanza, es un camelo. Y es un camelo de los gordos, en el que todos picamos. Pregúntale a un cristiano si puede encontrar la salvación sin la enseñanza y la palabra de Jesús. A ver qué te responde. Pregúntale a un estudiante informado de vedanta, si puede encontrar la liberación por su cuenta. A ver que te dice. Y podemos seguir preguntando a otras grandes tradiciones. En Vedanta advaita se expone este tema muy muy claramente, haciendo un análisis riguroso de los instrumentos de conocimiento que disponemos para conocer el mundo, A Dios, a nosotros mismos. Y conocerse a sí mismo es imposible sin un instrumento de conocimiento externo, precisamente, externo porque todos los internos (percepción, inferencia, analogía, presunción..) fallan para objetivar al ser, a uno mismo. Y se ha de recurrir al conocimiento revelado, manejado por un maestro siempre, para poder saber lo que somos y lo que no somos. Si, ya sé que vas a decir, que te da repelús esto de “conocimiento revelado”. Pues si da repelús, nada, otros 15 años de asanas a ver si viene la suficiente claridad para discernir qué puede hacer uno por si mismo y que no puede hacer. No hay prisa, si tenemos todo el tiempo que queramos.

      Yo no estoy haciendo una crítica a la práctica de asana o pranayama. Vaya que si ayudan a mantener un estilo de vida disciplinado y limpio. Lo que critico es la reducción del yoga a asana. La eliminación de Brahma-vidya por completo dentro de los programas de estudio. La reducción de los aspectos culturales que ayudan a mantener una apreciación del “Señor”. Que si, que muchas personas van a rechazar todo esto, y que la práctica de yoga gradual sin enseñanza oral hará que se despierte poco a poco (si se despierta) otros aspectos que no entran al principio. Si, pero tampoco lo que se puede hacer es eliminarlos, esconderlos o no darles la importancia que tienen como si no existiesen.

      2) Ausencia de la enseñanza dialéctica.
      No hay enseñanza óral y dialéctica porque yoga Iyengar no es un método dialéctico sino experiencial, vital. Sin embargo como decía en la segunda parte, la cultura védica requiere dos patas: Brahma-vidya y yoga-vidya. Y en las clases sólo se enseña una parte de yoga-vidya que tiene que ver con la técnica de concentración. Brahma-vidya debe ser enseñado. Pero como digo el yoga moderno no cuenta con una tradición de enseñanza de este tipo. Vedanta advaita si que lo tiene. También lo tiene Sankhya, y Nyaya. En realidad, de los cinco darshanas ortodoxos, todos lo tienen menos el yoga de Patañjali. Pero lo tradicional en la India no es aprender solo yoga, sino también se estudia Vedanta, Nyaya, sánscrito …. Etc., etc.
      Gerardo ha dejado bien resumido con la comparación de los temas que estudia un sacerdote cristiano. De todos modos, veo que el problema de raiz tambien está en que se confunde conocimiento con creencias, sermón con dialéctica, etc. Y el problema está en no haber estado expuesto a una enseñanza como Vedanta o un buen profesor de Filosofía en directo. Solo los que conocen o han tenido la suerte de ver a través de los ojos de un maestro pueden saber a que me refiero. Esto no se puede comparar con acudir a una charla de un cualquiera y compararlo con un maestro tipo Swami Dayandanda. Que, por cierto, y no lo habia dicho hasta ahora, os recomiendo encarecidamente que si podéis, lo visitéis en sus cursos en India o Estados Unidos. http://www.dayananda.org. Es un maestro tradicional de Vedanta Advaita.
      En una web tengo un curso gratuito sobre la Bhagavad Gita que podéis bajaros gratis, si lo estudiais, vais a ver, o a intuir algo de lo que me refiero arriba.
      http://vedanta.es/bhagavad-gita-curso/

      Algunos profesores enseñan fuera de las clases de asana-pranayama un curso sobre un texto específico, por ejemplo sobre la Gita. Puede haber clases de sánscrito. Puede haber clases de recitación védica. Puede haber grupos de estudio. Conozco a profesores de Yoga Iyengar como Christian Pisano que comienzan la clase leyendo uno o dos versos o sutras de varios textos. Tienen un efecto muy bueno porque puede guiar la práctica. También conozco a otros profesores que leen algo al final de la clase. En mis clases no mezclo una clase de asana con otras cosas pero algunas veces he dado un cursito sobre algún texto clásico como Tattva Bodha. En el mismo Pune hay conferencias mensuales. Prashant Iyengar para la clase y puede estar hablando durante 20 minutos sobre los principios de práctica. Ejemplos hay. Otra cosa es que en España exista un temor paralizante y no se cuenta con la creatividad necesaria sin dejar de ser rigurosos y fiel al método.

      3) Adoctrinamiento.
      Dices que no hay adoctrinamiento. Dices en tu comentario «Cada uno sigue su propio ritmo en todos los aspectos. Nadie te dice que tienes que creer o que no. Ni en qué. Ni cómo. »

      Sin embargo, aunque no hay un adoctrinamiento muy explicito si que existe adoctrinamiento, tanto positivo como negativo. A mi me han dicho algunas veces que no me caliente la cabeza, que no hace falta, que “rinda” la cabeza. Tambien se oyen muchas veces decir “La mente está hecha de una material de baja calidad, sin embargo el corazón es de otra clase de materia (mas buena)”. Todo el tema de la mente es un tema muy importante, y el de la relación mente-cuerpo. Tu dices que no hay adoctrinamiento pero te apuest que hay pero para un tren. Voy a escribir cuando tenga algo de tiempo un artículo sobre el tema de tomar a la mente como la culpable de todo, la pobre mente.
      Iñaki decía en un comentario que había escuchado unas palabras del “encuentro con atman” al final de una clase de prayanama. Si, ese “encuentro” ya es un clásico en las clases de pranayama. La verdad es que siempre me sonó bastante raro. «Mirad en vuestro esternón, allí donde habita vuestro atma, aquello que todos tenéis en común.» En esos momentos de prayanama, en los que uno está muy absorto, es muy fácil decir algo un poco inspirador para elevar el espíritu. Pero esas expresiones, “el atma habita en el esternón”, la verdad, son expresiones de lógica emocional porque trasfondo, lo que se dice trasfondo, tienen poco. Parecen slogans o títulos periodísticos. Y que además revelan datos preocupantes. Atma no tiene forma, es una realidad espiritual simple, “habita” en el esternón y habita en las uñas de los pies. No digo que esté mal porque viene bien para elevar el ánimo pero como enseñanza, como, la verdad, me quedo con el libro gordo de Petete.

      • Iñaki/nacho dice:

        Madre mía,necesito días para asimilar y comprender todos los temas que habéis tratado.
        Oscar,hay ciertos aspectos que comentas que me parecen muy radicales.Ya he comentado en este blog alguna vez que si hay alguien que se quiere acercar al yoga para solicionar sus problemas de espalda,pues es lícito .Tal vez en el proceso que dura su arreglo de espalda ,descubre el yoga del que hablas.

      • Silvia dice:

        Oscar,
        Ante todo querría aclarar que yo no represento a nadie ni tampoco mis conclusiones son fruto de nada que no sea mi percepción sobre lo que veo o siento, ya que como sabes, tampoco es algo de lo que se suela hablar en clase ni fuera de ella, al menos en la escuela. Eso significa que aunque hables de “bautismo” en realidad este tampoco es que se haya producido puesto que mi relación con Patxi no va más allá de las clases en sí mismas y de lo que éstas puedan dar de sí, por muy enriquecedoras que me parezcan.
        Dicho esto, todos tenemos muchas bases desde las que partimos, no sólo tú, puesto que la experiencia vital de cada uno nos va aportando diferentes visiones independientemente de lo mucho o poco que podamos conocer sobre la historia antropológica en occidente.
        Ya que pones puntos, te voy a contestar de la misma manera, por seguir un hilo parecido:

        1) Idealización de “Yes, we can”

        Reconozco que tu argumento está muy bien construido y expones que si en asanas y pranayama es necesario que te guíen para ir más allá de ti mismo, por qué no podría ser igual en otros aspectos que ayuden a los practicantes a ir más allá de sí mismos a la hora de encontrar la liberación.
        Reconozco también que no entiendo cuál es el patetismo de todas esas tesis que aborreces, pero de lo que sí me doy cuenta es de que cuando uno te lee parece que sólo existe un método, una manera de encontrar el fin y la liberación y es Única y Verdadera. Esto es así ¿basado en qué?
        Para empezar nadie conoce a nadie que se haya liberado, ni siquiera Guruji, ni Prashant, ni tampoco Swami Dayandanda, puesto que si no, no estarían aquí en este mundo. No, aunque probablemente estén mucho más cerca de lo que podamos estar tú o yo. Es decir, son personas, con muchos conocimientos y sabiduría pero también con sus propias limitaciones, puesto que no dejan de ser seres humanos por brillantes que sean. Y Guruji también las tiene, como todos. A pesar del culto al líder, quizá excesiva, que existe en esta escuela. Por tanto, no veo por qué su interpretación de la vida e incluso su interpretación de cómo encontrarme a mí misma podría ser mejor que la mía propia. Te lo digo con toda humildad, no creas que lo digo porque me crea mejor, sino porque pienso desde el corazón, que los caminos de cada uno son tan, tan complicados que están hechos a medida de cada uno para cada que cada uno sea el que sepa reconocer sus propias señales. Y los profesores son instrumentos que nos conducen a través de yama, niyama, asana, pranayama….
        Pero no son las únicas fuentes de las que bebemos, puesto que la vida en su conjunto es la que nos va enseñando, también.
        Adoro a Patxi, pero no me lo imagino diciéndome cómo encontrar la liberación. Me le imagino haciéndome preguntas para que yo me las responda, como así hace. Me lo imagino contándo sus experiencias, me lo imagino explicando algún concepto, alguna idea sobre la vida y desde luego con el background no sólo de su experiencia sino de su filosofía de vida, que no es otra que la filosofía yóguica (por resumir).
        2) Ausencia de la enseñanza dialéctica.
        Desde luego hablo desde el desconocimiento que supone no haber escuchado o vivido el tipo de enseñanza del que hablas. Quizá si lo hubiera visto o escuchado ahora me resultaría más fácil ponerme en tu piel y saber qué es lo que esperas realmente que suceda. Porque tengo la sensación de que este tema no es baladí para ti y buscas poner algo en marcha, o te gustaría poder hacerlo.
        3) Adoctrinamiento.
        Jamás, ni una sola vez en clase he escuchado a ningún profesor decir que la mente esté hecha de baja calidad, o que sea necesario desecharla. Ni una sola vez.
        El hecho de que la mente tenga que someterse al corazón no significa que la mente no posea una gran riqueza o que sea la culpable de todo. Pero sí estarás de acuerdo en que la mente, cuando no tiene un entrenamiento adecuado, divaga y divaga. Y que la mente hay que vaciarla, de vez en cuando, es algo que se convierte en necesidad porque sí está llena de toxinas. No es que la mente sea una toxina, es que se llena de ellas, igual que se llena de productos nutritivos. Es como un saco que se llena sin más y, o se aprende a controlar lo que entra y lo que sale, o andamos perdidos.
        ¿Qué es aquello que ayuda a controlar qué debe entrar y salir de la mente? Lo único que no falla es el dictado interior. Si resulta que mi mente tiene tantos inputs que necesita vaciarse (o controlarse), tiene que haber alguien que tome el relevo. No es el corazón el que lo toma (esto es un símbolo), pero sí esa especie de intuición, ese “Señor” interior, quien que te va a ayudar a encontrar ese camino que es el tuyo, que es diferente de todos los demás, que ni Patxi ni Swami ni Guruji conocen. Pero tú lo tienes que encontrar. Tú. No ellos. Y Asana y Pranayama te limpian para ser capaz de encontrar a ese Señor interior, esa intuición, que es quien te va a conducir a ese lugar al que perteneces. Tengo la profunda creencia de que esto es así.
        Pero también tengo la profunda creencia de que puede haber caminos que no son ese para otras personas. Porque tu Señor interior, evidentemente, te está diciendo que necesitas otra cosa, y no veo por qué no puede ser igual de cierto.
        Y otra persona puede tener una tercera vía. Y una cuarta.
        Y un tal Hermenegildo Peláez podría hasta no querer ni liberarse y aun así resultar liberado. Y el mundo de las posibilidades es infinito, como lo es Dios. Y sí, entramos en el mundo del “depende” y del relativismo…. Así es. Somos finito e infinito.
        Supongo que sí, por pantalla es difícil ponerse de acuerdo. Pero en persona también.
        4) El Atman vive en el esternón
        Yo nunca he escuchado que el atman vive en el esternón en ninguna de mis clases. Sí es cierto que buscamos liberar el diafragma, entre otras cosas, y ello ayuda a liberar emociones y es un punto sensible que conduce a sentir la infinitud dentro de nosotros mismos, como si fuera una puerta. Sentir esa infinitud podría ser equivalente a creer que el Atman vive ahí. Pero claro es como decir que sólo se es persona en un brazo. El Atman vive en cada poro. Guruji lo dice una y otra vez.
        En las clases de yoga se habla muchas veces en sentido figurado y hasta ahora creía que todos lo percibíamos de esa manera, especialmente en pranayama.
        No creo que nadie se crea que al inspirar el aire va subiendo por los flancos desde el pubis, en lugar de ir por los pulmones. Existe un poder sugestivo y un control del cuerpo gracias a la ayuda de la respiración, pero si alguien lo considera en sentido literal pues apaga y vámonos.
        Pero eso no significa que ese poder sugestivo no sea positivo e importante. Incluso estético y bello, cosa que a día de hoy es algo que no sobra. Y además ayuda a la hora de entrenar las capacidades necesarias para visualizar y concentrarse, para vaciar la mente, como decíamos previamente.

        • Sylvia, tus comentarios tienen aspectos que me gustaría comentar con más detalle pero a los que no puedo entrar por falta de tiempo. La verdad es que la mayoría de ellos son tratados en casi todos los artículos que he venido colocando en el blog, y sobre todo, de una manera mucho más articulada en la web http://www.vedanta.es. No por mi sino por Swami Dayananda. A quien le interese conocer la propuesta que hace el Vedanta Advaita, si desea profundizar en estos aspectos de la mano de un maestro tradicional, le aconsejo que les eche un ojo. O mejor, aun que se baje el curso de la Bhagavad Gita, donde se recogen, sin duda alguna, todos estos problemas.

          Relativismo
          No estoy de acuerdo contigo por una razón muy sencilla. Lo que estás exponiendo, en gran parte, está teñido de relativismo.
          Seguro que has oído la famosa cita de Protagoras que sostenía la siguiente tesis: «El hombre es la medida de todas las cosas». En esta tesis, que fue muy criticada, Protagoras, como buen sofista, pretendía demostrar que todo es la medida de la verdad por el mero hecho de que a “mi” me lo parezca. Porque a mí me lo parece lo tomo como verdad. En el enunciado: «P es verdad para Silvya», esta palabra, el “para”, relativiza la verdad. Solo es verdad “para” Sylvia. Sólo es verdad “para” Jorge. Solo es verdad “para” Jaime. Es decir, que la verdad de P es relativa para cada sujeto. El hecho de que a mí me parezca que es verdad lo convierte en verdad. En otras palabras, la sensación es la medida de las cosas. El “parecer” establece la realidad.
          Lo que esconde este enunciado no es nada más que la verdad está ligada a la experiencia sensible o estética del sujeto. Y lo peor de todo: niega la posibilidad real de conocimiento porque supone un relativismo individual. Niega la posibilidad de conocimiento y la posibilidad de hacer ciencia. En realidad no es más que una forma más de escepticismo oculto porque reniega del principio de contradicción. P y P’ pueden ser verdaderas simultáneamente. Es una forma de subjetivismo. Las verdades son relativas a las personas o a grupos sociales que comparten una cultura. Este relativismo es atroz, pero muy aceptado socialmente en el esquema moderno de vida donde no hay un credo moral ni normativo compartido sino más bien una anarquía intelectual. Y está relacionado con el utilitarismo brutal del que habla Gerardo. Por eso suena muy “cool” que cada uno pueda “hacerse” su camino personal a “la carta”, su proyecto de vida espiritual “personalizado” según las preferencias, como cuando se elige un diseño de una cocina. Cada uno puede tener su “verdad”, cada uno puede hacerse su popurrí de verdades seleccionadas, todas acorde a las preferencias personales, a los raga-dvsas de cada uno. Todo esto está muy en boga en la sociedad pero, aún más en boga en los “ambientes” espirituales, y en los circos del “desarrollo personal”. Como hay una necesidad tremenda de consuelo emocional, el adepto a este tipo de espiritualidad es capaz de tragarse cualquier cosa sin digerirla. Hay algunos filósofos que lo describen muy bien. Uno es Lipovetski en su libro “La era del vacío”. Otro es Ortega en “La revolución de las masas”.

          Abundan gran cantidad de conceptos que se suelen aceptar con poco o ningún discernimiento. Por ejemplo: La idea de salvación o liberación y los medios para alcanzar la liberación. Si preguntásemos a algunas de estas personas, las que tienen su “propia” verdad, las que afirman que hay “infinitos caminos” para llegar a lo mismo, tantos como personas, sobre qué consiste la liberación, empezaríamos a entender el problema que hay detrás. Es un problema de ignorancia. No es humildad decir que hay caminos tantos como personas. Yo creo que eso es ignorancia, no humildad. Y no es un problema de falta de sinceridad, ni de falta de práctica, es un problema de confusión. No existe una claro entendimiento en identificar y diagnosticar cual es el problema fundamental, y las soluciones. Y como no existe lo más fácil es tender al relativismo porque no se ha investigado suficiente estos temas fundamentales. Y al relativista todo le parece igual. Vale casi cualquier cosa.
          Creo que lo más humilde es acudir primero a las fuentes tradicionales, informarse bien, estudiar con un maestro, analizar y estudiar bien los problemas y contemplarlos durante bastantes años, y luego, a lo mejor, podemos tener una opinión. Lo que no se puede hace es opinar por opinar. Se puede hacer, todos tenemos una opinión, pero en determinados temas no tenemos instrumentos de conocimiento par opinar.
          Se confunden los medios con el fin. Medios para purificar hay muchos donde elegir. Disciplinas hay muchas. Lo que falta es más comprensión, y no lo digo desde mi punto de vista, lo estoy acusando desde los puntos de vista que he estudiado, especialmente desde el el Advaita Vedanta, que es, el que he visto (dentro de mis limites), que dedica más tiempo y rigor a analizar todos estos problemas antes de empezar a practicar algo como un loco sin saber dónde se dirige.

          Pero para tener algún éxito, sobre todo en la búsqueda espiritual, por la naturaleza del problema, uno necesita un maestro que ya lo haya contado antes con la ayuda de otro maestro. No se trata de reinventar la rueda, ya está todo inventado. Otra cosa es que cada uno ha de trazar ese camino ya trazado por otros, que ha de hacerlo el mismo, es decir, que nadie lo puede hacer por uno mismo. Pero esto es diferente a decir que cada uno tiene que encontrar su “propia verdad” haciendo un camino “a la carta” cogiendo de allí y de acá. Cuando se ataca este relativismo, lo normal es criticar al que lo critica, aludiendo que se es un radical. Lo radical siempre ha tenido mala prensa.

          Otro día me gustaría hablar de los maestros que tú dices que si están aquí no están liberados y que nadie conoce a un maestro liberado. Solo decir una cosa: Investiga que significa en la tradición un “jivan-mukta”, por favor. Si no hubiese maestros liberados en vida, ¿qué clase de maestros son los que enseñan? ¿Son “gurus” con dudas, con confusiones? ¿Son ciegos enseñando a ciegos? Cuando un maestro se libera, según tu, desparecería inmediatamente. Se esfumaría de la tierra en el momento de la liberación. Es decir, que no ha habido maestros ni gurus porque están en la tierra. Vaya cosas que dices, de verdad. Siento decir estas cosas y parecer radical pero es que no veo una sinceridad en la búsqueda.

          Luego está lo del “Señor Interior” y la intuición. No digo que no exista intuición, en Filosofía el conocimiento intuitivo quiere decir otra cosa, pero también digo que la mayoría de las veces, en la mayoría de personas, se confunde intuición con proyección. Se confunde la voz del “Señor Interior” con la proyección psicológica de los deseos de uno. Si que es verdad que en la práctica se aclara lo que ya sabes y aparece con más nitidez, pero, de de ahí a que te hable el “Señor Interior” va un trecho. Porque si preguntas a ese señor, ¿Quién soy? ¿Qué soy?… ¿Qué te responde? ¿Quién responde? Ese señor sabe lo que sabe, no puede responder lo que no sabe porque en realidad eres tu, Silvya. . ¿Quién va a contestar? Tu dirás que la voz de una instancia superior. Pues yo diría que si empiezas a escuchar voces y ruidos raros, aparte de los ruidos normales, como los ruidos del estómago, los intestinos, etc, mejor que hagas un check-up en el ambulatorio más cercano. Es una broma, Silvya. Espero que la entiendas pero hay mucha paja con todo este tipo de cosas. Ya sé que lo que estás diciendo tu no va por ahí, y te entiendo pero creo que también hay que poner en cuarentena muchas cosas de las que estás diciendo.

          El trabajo de yoga Iyengar es opuesto a esto que describo arriba, pero en lo que confiere al discernimiento de estos problemas, el yoga al no ser una disciplina dialéctica, no creo que ayude, al menos, en la exposición deliberada, de poder plantear y estructurar un problema filosófico. Y esto es así y no tiene mucha vuelta. Y no es que sea un capricho mio sino que es algo objetivo que se puede comprobar.

          Me dejo muchas cosas en el tintero. Feliz año a todos.

          • Gerardo dice:

            Es tal como lo dice Oscar.Mirad los tertulianos de los programas de la tele, que tienen pretensiones intelectuales.No hay verdad, da igual lo que digan, porque todas las opiniones e ideas son lo mismo, igual de repetables, valen lo mismo, ese “yo respeto” es la intolerancia disfrazada de tolerancia.Es decir que todo es igual de falso, así es el espiritu moderno.
            Feilz año a ti Oscar, que te traigan un Vacaspati Misra o Vijñana Bhiksu en pequeñin :>))

  5. Gerardo dice:

    Este problema de considerar todo lo que sea teórico o abstracto, como “rollo”, “adoctrinamiento”, está formando una sociedad de paletos.Cuando yo hacía BUP, se enseñaba filosofía, latín, griego.Eliminaron las lenguas “porque no sirven para nada”, y al que estudia filosofía es considerado un tipo raro.Alguien hace un doctorado de cualquier ciencia, y la gente se impresiona, el culto sacrosanto a la ciencia, se les cae la baba.Otro saca un doctorado de filologia, filosofia, historia, etc y la gente se encoge de hombros.Los jóvenes sólo aspiran a hacer dinero, sólo carreras tecnológicas.No se dan cuenta que las humanidades son la Cultura? niñatos que fabrican robots, videojuegos, pero son incapaces de cuestionar la sociedad en la que viven o entender lo que leen?.Cómo van cuestionar si no tienen las herramientas necesarias? llegarán a pensar que los Mcdonalds, han existido siempre?.Es trágico esa reacción de “no quiero rollos”.Un sacerdote tiene que pasar en el seminario años estudiando, filosofia, latin, derecho canónico, teologia, liturgia, para que después le insulten y le llamen maricón.Qué sociedad es ésta?.Eso sí el conocimiento científico, no es rollo, simplemente, porque con el se obtienen resultados útiles.Lo mismo el yoga, la gente le interesa el mejoramiento de su salud o físico , buscan resultados, palapables, y todo lo demás “es rollo”.Pero bueno, siempre habrán unos pocos que querrán ir “más allá” y serán inquietos y podrán encuadrar su práctica en algo más grande que les dará la verdadera comprensión de lo que están haciendo, no simplemente hacer sin pensar.

    • Silvia dice:

      Gerardo, creo que confundes “rollo” con “adoctrinamiento”, o eso me parece.

      El adoctrinamiento es una manera de colonizar a otro. De decirle cuál es la VERDAD y ninguna otra lo es. El adoctrinamiento es una forma de decir a alguien que sólo hay un camino para llegar al otro lado.
      El conocimiento o “rollo” es algo muy diferente porque el que no sabe no puede elegir, no tiene herramientas para pensar y discernir.

      • Gerardo dice:

        Silvia, cuando escribí eso no estaba pensando en ti, sino en una actitud muy frecuente hoy en día, y la relacionaba, con la actitud de algunos practicantes de yoga, pero también de cualquier otra disciplina: el pragmatismo-utilitarismo.Ésto me interesa, lo otro no, cojo lo que me es útil, lo demás no, etc y encontrar “rollo”, todo lo que no interese.

        Yo estoy de acuerdo en algunos de tus planteamientos.Hay mucho incompetente suelto, como para someterse a sus pies, por muy titulado que sea.La gente suele obedecer a alguien por su autoridad conseguida a base de títulos universitarios, y no sabe que se puede ser un perfecto gilipolllas.Hay muchos médicos, que si les haces caso, te llevan al otro barrio.Hay que tener sentido crítico, y pensar por uno mismo.

        Lo que sí quiero decirte es que te veo un poco obsesionada con el “adoctrinamiento”.El estado adoctrina, el manual de la ciudadanía, es un manual para adoctrinar a los niños.La gente se ríe de la palabra “gurú”, pero tienen su “Coach”, para sus chorradas emocionales.Se ríen de los cristianos, pero consumen autoayuda, se tragan el Punset, y todas la porquería habidas y por haber.Quieren ser enterrados sin crucifijo, pero hacen apagones para salvar el planeta, guardan minutos de silencio, por chorradas.Se ríen del santoral, pero hoy es el día del subnormal, mañana, del elefante cojo, pasado del ama de casa, etc.Levantan globitos al cielo, y se ríen de los taoistas, o del islam, etc.Se creen libres, incondicionados, cuando son gilipollas simplemente.¿Quién está libre? ¿Quién? Nadie.Por tanto que dejen vivir a cada uno su realidad .Fíjate todo lo que te he citado que hace la gente para no ser “adoctrinada”, de las brasas al fuego.

  6. Hola,

    Feliz año a todos.

    Creo los comentarios se están desviando del tema fundamental de este artículo que lleva como título. ” Las técnicas no se pueden concebir aisladas, sin cultura”. Podemos centrar en el tema del artículo y dividirlo por segmentos para que no tengamos que escribir comentarios tan amplios que abarquen múltiples temas, y que requieren un análisis muy detallado.

    Gerardo,, mi mujer sale de cuentas estos días, así que, quizás para reyes tengamos ya aquí a un bebe. Si veis que no respondo nada es que estaré muy ocupado con tareas propias del cuidado de un bebe. (jejej)

    Un abrazo

  7. Silvia dice:

    Feliz año a todos.

    Oscar, enhorabuena ! No hay mejor regalo de reyes.

    Os deseo un feliz trabajo de parto

    Un abrazo

    Con respecto al tema en cuestion, se mezclan en efecto demasiados temas y tampoco se pueden explicar con la profundidad requerida en tan corto espacio. Es complicado. De momento he comenzado a ver algun video de swami dayananda en youtube a ver si saco tiempo y lo termino, a ver si entiendo algo mas de en qué punto nos encontramos….

    • Gracias, Silvia. Si, si que es verdad, no hay mejor regalo. Mi hermana ha dado a luz hace dos semanas y estamos contentísimos. Ahora nos toca a nosotros 🙂

      Sobre los vídeos: aunque hay muchos, la verdad es que para estudiar bien un tema, estudiar con un vídeo es algo muy limitado. Incluso una web, y un blog, o las redes sociales. Todas estos medios pueden ser hasta un impedimento porque carecen de la presencia del maestro y se pierden infinidad de matices. Imagínate practicar yoga con un vídeo de un profesor. Con Swami Dayananda he hablado varias veces sobre este tema y su opinión al respecto es muy clara: esta en completo desacuerdo. Sus alumnos lo graban y ponen cosas sueltas en youtube. Y él dice que hacer eso es algo baratísimo.

      BKS Iyengar salía en una entrevista en la CNN (creo) y en una pregunta, le preguntaban que le parecían las clases de pranayama que daba un famoso guru por TV, en la India, a millones de personas. Imagínate su respuesta.

      Hay algunas series de vídeos de Swami Dayananda pero que son series enteras, es decir, de cuando Swami Dayananda dá un curso durante varias semanas. Lo que hay en youtube son videos sueltos, sin contexto, poco aprovechables. Te puedes llevar una imagen mala. Lo suyo es ir a estudiar con él, todavía que está vivo, y es uno de los pocos maestros tradicionales ortodoxos de Vedanta advaita que todavía quedan.

      Creo que lo ideal, es el curso para estudiar en casa (Bhagavad Gita Home Study program) de la Gita.
      Yo lo compré en la India, tirado de precio, aquí:
      http://dayananda.org/bookstore-series.html#gita

      Ahora ha salido una edición nueva revisada, de 9 volúmenes, que se puede encontrar aquí:
      http://books.arshavidya.org/cgi-bin/process/shop/display/main?type=display&subtype=category&arg=category&value=Arsha%20Vidya%20Books%2C%20Audio%20%26%20Video

      En esa página pones en el buscador, “Bhagavad Gita Home Study” y en los resultados seleccionas: Bhagavad Gita Home Study-E-9V Course (9 Vol. Set) NEW. Puedes comprar sólo los 2-3 volúmenes primeros, para hacerte una idea del material.

      De todas las Gitas que he leído, es con diferencia, la más rigurosa, extensa, brillante y comprensible. Se analiza cada verso, palabra por palabra, en sánscrito y en ingles. Y siguiendo los comentarios de Shankara, Swami Dayananda ofrece una interpretación original pero comprensible por una persona de hoy, sin salirse de la ortodoxia. Creo que es un tesoro, a mi me respondió a decenas de dudas que tenía y que en ningún otro sitio había encontrado respuesta.

      También, como te decía, tenemos una versión de la edición antigua, traducida al castellano, hasta el capítulo tres, en esta web:
      http://vedanta.es/bhagavad-gita-curso/

      La traducción se puede mejorar pero está bien para estudiar.

      Un abrazo
      Óscar

      • Silvia dice:

        El curso de la Bhagavad Gita lo estoy recibiendo pero hasta ahora no he podido meterme con él. De hecho, aunque he ido archivando todos para comenzar en cuanto tuviera un poco de espacio, me he dado cuenta de que por alguna razón se me han perdido los capítulos 2, 3 y 11. No se cómo recuperarlos. El resto los voy teniendo. Y mira, voy a empezar ahora a leer el capítulo 1.

        Gracias 😀

      • Jon dice:

        Hola Oscar,

        Estoy recibiendo el curso de la Gita traducido al castellano. Se agradece una barabaridad pero claro, entiendo que el ritmo de traducción es el que puede ser y no otro. He estado mirando los enlaces a las ediciones del estudio en casa en inglés y te quería preguntar cual es el nivel de dificultad de comprensión del idioma. Tengo ganas de seguir estudiando y, en cierto modo, es un reto estudiar en inglés, pero no quiero que se convierta en algo tan pesado que me paralice. Sé que depende del nivel de cada uno, pero una impresión tuya me puede ayudar.

        Del tema del post, entiendo que cualquier acercamiento a cualquier disciplina será más profundo y completo cuanto más integral sea, y será de modo exponencial. Cuando vamos adquiriendo mayor nivel de consciencia nos enfrentamos también (o eso entiendo yo) a una realidad más esquizofrénica y se hace más dificil el avance. Esquizofrénica porque vamos contrastando lo que estamos adquiriendo con nuestra vida diaria y muchas cosas no casan. Dependiendo de cada uno le cuesta más o menos avanzar. Nos paramos en cierto niveles por comodidad, miedo, ignorancia. Es aquí cuando la ayuda de maestros/conocimiento se hace necesario pero, dado el mundo (occidental) en el que vivimos en el que las opciones son, o parecen, infinitas y el consumo de experiencias (o de lo que sea) es un modo de vida, uno se vuelve muy escéptico, además de alcanzar tal nivel de aturdimiento, que le cuesta enfocar y avanzar.

        Digo esto por entender que no es mala práctica esa de empezar “la enseñanza de la técnica sin cultura” (por usar los mismos términos) para luego, sobre esa base, ir profundizando. Al menos no es mala práctica en esta sociedad tan incrédula, o tan angustiosamente crédula (porque el contexto es fundamental) y conseguir, aunque sea un poco, mayor nivel de consciencia en la sociedad es un pequeño gran triunfo.

        Un abrazo,
        Jon

  8. Xabi dice:

    Sylvia, Óscar, Gerardo,

    Buenos días.

    Me invito Óscar a participar a este foro. Le dije que no iba a tener tiempo para participar pero al final me anime a leer.
    Soy un estudiante de Swami Dayananda en Marzo que viene voy una semana a su Ashram para un cursillo de una semana.
    Estoy estudiando el “Bhagavad Gita curso en el hogar” cuando tengo preguntas me ayuda por correo electronico una alumna directa de Dayananda.
    Soy francés, vivo en Bilbao tengo 2 niños de 4 y 2 años.

    Lo único que puedo hacer es animar Sylvia que lea la introducción del curso
    en el hogar.
    Yo puedo compartir mi experiencia de como llegue al Vedanta.
    En pocas palabras, después de tener hijos me pregunte sobre el rol de padre.
    Llegue a la conclusión que mi rol era que mi hijo esté feliz en la vida y que un padre es un descubridor de talento, que tenía que descubrir las aptitudes de mi niños, sin tener ningún perjuicio.
    También llegue a la conclusión que yo mismo había fallado no soy feliz 24h/365d. Tampoco se cual es mi talento.
    Así que mal voy para ser un ejemplo. Porque un niño se cría enseñando el ejemplo, no por palabras.
    Después de muchos libros, PNL, mas libros,llegue al Vedanta.
    Y la verdad lo disfruto muchísimo ya que no es una filosofía, ni una religión, ni unas teorías interesantes sino el verdadero auto conocimiento.

    Suerte.

    Un saludo.

    Xabi.

  9. Silvia dice:

    Hola Xabi

    gracias por contar tu experiencia. Me he leído la primera parte de la introducción de las entregas de oscar y no he podido seguir porque no tengo la 2ª y 3ª entregas (cualquier día pierdo la cabeza). Yo también tengo niños y parece que la vida es una cuenta atrás continua….

    También me he leído todos los artículos de la pagina vedanta.es.

    Empiezo a entender lo que queréis decir aunque todavía me gustaría saber más…

  10. Silvia dice:

    Hola Oscar
    He empezado a leerme, casi diría a estudiar, el texto que tienes traducido de la Bhagavad Gita y me siento como en un tobogán, hacia abajo y sin frenos. A medida que voy avanzando quiero más y más, como si hubiera un imán dentro. Tengo muchas dudas también, claro. Pienso que se irán disipando con el tiempo, o a medida que avanzo en el estudio. Espero. Desde luego las opciones que tengo para ir a ver a SD o cualquier lado son nulas así que me iré conformando. Pero quería darte las gracias por poner este material a disposición de todos. Personalmente está siendo para mí una revelación…no son conceptos nuevos para mí. Ya había leído la Gita antes. Pero es la manera de explicarlo lo que lo hace diferente, es el hilo tan brillante que sigue este hombre en su razonamiento…

    A veces tengo la sensación incluso de que muchos razonamientos podrían ser muy parecidos a lo que sienten las personas ateas. En el sentido de que los extremos se tocan, ¿qué diferencia hay entre “somos todo” y “somos nada”?

    En fin que muchas gracias

    • Jon dice:

      Me sumo…

    • Xabi dice:

      Silvia,

      Se supone que mientras estudies el ” Baghavad Gita curso en el hogar” haya un alumno de Swami Dayananda que pueda contestar a las dudas que te pueden surgir. Hace falta que el alumno haya cursado uno de los cursos de 3 años que impartió Swami Dayananda en el pasado.
      Puedes escribir a Swamini Vilasananda y preguntarle si sería dispuesta a contestar tus preguntas mientras estudias.
      Aquí esta su correo electrónico: vilasananda@gmail.com

      Saludos.

      Xabi.

      • Hola Xavi

        Desde luego que es mejor acudir a un alumno bien preparado como Swamini Vilasananda. No obstante no hace falta hacer un curso de tres años, aunque es una garantia enorme de haber podido asimilar en un ambiente ideal de estudio. Hay profesores y alumnos que no han hecho esos cursos y pueden responder a las preguntas igualmente. Por ejemplo, me viene a recuerdo, Jorge Luis Jauregui. Luego hay muchos Swamis, discípulos directos de Swami Dayananda que son excelentes, incluso, en ocasiones, más claros que el propio Swamiji.

        Un saludo

      • Xavi, se había borrado el último mensaje que enviaste. Lo pego aquí de nuevo:
        Hola Silvia y Oscar,

        Pues sí, supongo que cualquier alumno de Dayananda puede resolver las dudas. Hice algunas sesiones en Skype con Jorge Luis, me ayudaron a entender.

        Realmente lo que hice es repetir lo que me dijo Swamini, que se supone que haya alguien disponible para contestar las dudas que surgen mientras uno estudia.

        Un libro pequeño que me encanto es el Tattabodha es como un resumen del curso entero. Pero claro esta en Inglés.

        Voy a una semana de curso en Marzo en Rishikesh con Swami Dayananda!

        Saludos.

        Xabi.

      • Xabi, contesto a tu mensaje desaparecido…

        Bueno, no cualquier alumno de Swami Dayananda podría ponerse a contestar preguntas, o a enseñar. Los alumnos que llevan muchos años expuestos a la enseñanza, que asisten regularmente a sus clases, que estudian todos los dias, que conocen el sánscrito, que están dedicados a asimilar la enseñanza, etc, etc. … Esos alumnos, aun no habiendo hecho el curso residencial de tres años, estarán en condiciones de responder. Claro, que con esos requisitos, hay pocos 🙂 Jorge es muy buen profesor. Ahora, lo suyo es ir a las clases de Swami Dayananda. Si vas a conocerle en Risikesh, alucinarás 🙂 yo este año no puedo ir. Con el bebe tan pequeño, no hay manera.
        Saludadle de mi parte, por favor

        Un abrazo
        Óscar

    • Hola Silvia,

      Me alegro de veras que te haya “tocado” la claridad con la que Swami Dayananda presenta la Gita. En realidad, Swami Dayananda se basa en los comentarios de Shankara, pero Swamiji los expone a la luz de una persona de hoy, sin perder el rigor del método.
      Si puedes leer en ingles, te recomiendo que te compres la versión nueva que ha salido porque la traducción del curso en Español sólo está disponible hasta el capítulo tres.
      En http://www.vedanta.es tengo puesto algunos artículos, y en no mucho tiempo, voy a poner una libreria de sus libros, que tengo almacenados desde hace casi un año y no he podido todavía en la web. Puedes verlos, algunos de ellos, en http://www.dayananda.org

      Cualquier cosa quedo a tu disposición

      Saludos

  11. Silvia dice:

    Muchas gracias Xabi y Oscar. Intentaré ponerme en contacto con alguna de estas personas.

    Con respecto a la versión en inglés, sí lo he pensado Oscar pero me da un poco de respeto, ya que son conceptos tan densos que aun en español a veces me cuesta tener que leerlos un par de veces, pero bueno, seguramente me anime cuando acabe….

    Un abrazo

    • Silvia,

      El inglés de Swami Dayanandan es muy sencillo y cómodo de seguir. Aunque hay terminologia abundante en sánscrito, y es una terminología técnica, con conceptos filosóficos, aún asi, es manejable. Son mucho más complicados La metafísica de Aristóteles, o la Crítica de la Razón Pura de Kant 🙂

      Lo suyo es cogerse el curso de la Gita, escuchar el CD, y ponerse una foto de Swami Dayananda en frente, y así es casi casi como si lo tuvieras en frente. Los cds son siempre mejores que un libro. Si quieres que te envíe alguno, te lo envío sin problemas.

      Saludos

  12. Silvia dice:

    Muchas gracias por el ofrecimiento Oscar ¿Cuanto cuestan los cds?

    • Silvia, no vendo cds. Te puedo dejar o compartir contigo algunos, y si te gustan, los compras o les envias una donación por paypal a los autores. Si me envías un email con tu dirección te envío alguno.

  13. dani dice:

    Hola,

    Llego como casi neófitto pero muy ducho en discusiones. Habéis hecho entre Óscar y Sylvia una discusión muy muy interesante; aunque pienso que, Óscar, tiendes a sacar de cada argumento la parte que te corresponde, girarla y tergiversarla un poco. Eso es lo que hace que parezcas radical. No obstante, es bueno para el debate y tus conocimientos están fuera de duda, aunque mi punto de vista se parece más al de Sylvia. Con todo, el entusiasmo es contagioso y mis conocimientos, muy limitados, como ya he dicho; he empezado por solicitar el curso, a ver qué me parece.

    Gracias y perdón por la intromisión

    • Hola Daniel

      Prefiero “parecer radical” que a caer en el relativismo cultural al que estamos acostumbrados donde una exposición franca es tildada como exagerada, radical o fanática. Ya que dices que tergiverso “algo” de los argumentos, señala, por favor, alguno de ellos para que nos podamos beneficiar de tu visión ilustrada.

      Por ejemplo, en relación a una tesis que he defendido en la discusión con Silvya donde sostengo que sólo el conocimiento libera, y en la que la mayoría de los espíritus modernos no estarán de acuerdo, Swami Paramarthananda en los comentarios al verso tres del atmabodha dice que Shankara solía decir:

      ¿Soy un fanático del conocimiento? No, soy pragmático. Y si alguien me dice que soy fanático porque digo que sólo hay un camino, prefiero ser fanático antes que lunático.

  14. dani dice:

    Me refiero a, por ejemplo, cuando Sylvia comenta que la verdad de BKS Iyengar o la de Patxi Lizardi no tienen por qué ser la suya propia (una cuestión lógica bastante entendible), tú lanzas una disertación sobre el “Yes we can” o el DIY (Do it yourself) y lo “cool” que resulta. Es como si digo que me gusta el vino y me llamas enólogo. Como decía, es bueno para el debate, pero no deja de ser relativismo, ¿no crees? Lo que dices es cierto, el Yes we can, la autoayuda y demás historias te autoconvencen de que tú solo puedes, en parte para que lo intentes solo porque es imposible; un poco como la zanahoria y el burro. Pero no creo que Sylvia estuviera hablando de eso.

    Creo entender perfectamente los argumentos de Sylvia y los tuyos, aunque los tuyos los comparto algo menos (de momento). Aun así, me resulta muy interesante todo lo comentado.

    De verdad no pretendo ser un “listillo”, me has preguntado por ejemplos y te los doy, pero prefiero no opinar más sobre temas que a día de hoy estoy empezando a rascar la superficie.

    • Dani, entiendo lo que quieres expresar pero no comparto esa radicalización y relativismo que dices que hago. Si alguien dice que hay tantas verdades y caminos como individuos, ¿cómo quieres que lo interprete? La proposición está muy clara.

      La verdad no puede pertenecer a un individuo, no puede ser la verdad de BKS Iyengar, la verdad de Silvya, la verdad de Dani, la verdad de Óscar. Ya se que queda más “progre” y bien visto decir que cada individuo ha de encontrar su verdad. Sólo con decir la verdad “de” ya caemos, otra vez, en el relativismo. Si hay tantas verdades como individuos ¿qué clase de verdad es? Si una idea es verdad, es verdad para todos, sino, mejor no usar el termino “verdad”. Ahora si lo que quieres decir es que uno tiene una opinión, entonces, todos tenemos opiniones, todos podemos expresar una opinión, si. Esto es algo muy típico de hoy, todos tenemos que expresarnos, todos tenemos que dar nuestra opinión. Como dice mi profesor de Antropología: Comunica el que puede, no el que quiere.

      En la conversación con Silvya se hablaba de que cada persona tiene “su” camino para llegar a la verdad, de que hay tantos caminos como personas. Y esa suposición no es verdad por la misma razón expuesta, pero muy acorde con la modernidad, donde cada se hace una espiritualidad “pret-a-porter” o a “la carta“.

      Justo antes de leer este comentario, estaba leyendo el libro “La Crisis del mundo moderno” de René Guénon, editorial Paidós. René dice en la página 73:

      Si una idea es verdadera, pertenece por igual a todos aquellos que son capaces de comprenderla; Una idea verdadera no puede ser nueva, pues la verdad no es un producto de la inteligencia humana, existe independientemente de nosotros y sólo tenemos que conocerla.

      Por cierto, apuntad este libro, y este autor, a los que les interese conocer más sobre cómo el velo del mundo moderno nos ciega el entendimiento al pensamiento antiguo, por ejemplo, de los versos que estamos tratando este mes en el curso de Atmabodha.

      • dani dice:

        Te voy a contestar al nivel que tengo: “Aunque la búsqueda de cada uno es particular, existen cuatro objetivos que todo el mundo persigue” [Pág 1 de la introducción al curso de la Bhagavadgita]. No es LA VERDAD, sino las cosas que yo doy por buenas porque me ayudan a conseguir LA VERDAD lo que cada uno puede elegir como propio… Así es como yo había entendido a Silvia, y creo que lo que tú le contestabas como si ella dijera que lo que es VERDAD es distinta para cada cual.

        Sinceramente, sobre la Verdad con mayúsculas no tengo ni idea. Pero buscarla no hace mal a nadie.

        Me ha gustado la introducción al curso, pero no he entendido si el curso es gratuito o hay que pagar.

        • En esa frase sin contexto, para los que no tengan el curso, Swami Dayananda en la versión inglesa dice: “Although each individual seesks something peculiar, there are found ends that everyone seeks … ” Esta frase no prueba nada, no es buen ejemplo de lo que estamos debatiendo. Cada uno dependiendo de su estructura de valores busca la felicidad allá donde uno crea. La introducción está hablando de las búsquedas humanas, los puruSarthas, que son cuatro búsquedas universales donde se resumen todas las búsquedas particulares.

          Sobre el resto de lo que comentas, tu te estás refiriendo a estimaciones, valoraciones, al ordo-amoris descrito por Max Scheller, a la estructura de valores. Yo creo que tampoco es particular de cada persona, porque los valores son comunes a una cultura y a una civilización. Si que es particular, en un individuo, la combinación de valores pero no los valores en sí mismos, con lo cual, volvemos a lo mismo, no son verdades individuales. Que uno tiene la percepción (errónea) de que está eligiendo un camino individual y particular al hacer suyas esas valoraciones, al tratar de asmililarlas, al tratar de ponerlas en práctica (las que son de carácter práctico), pues bien, enténdamos de esa manera, pero no en razón a descubrir unas verdades relativas a la persona como si la verdad proviniese del individuo, las verdades son universales, sino no son verdades. Creo que entiendo la faceta que vosotros tratáis de expresar de que cada uno ha de internalizar o asimilar el conocimiento, y en este sentido, la internalización es particular porque se hace en uno mismo, pero eso es muy diferente que decir que uno elige un camino propio desde cero hecho a tiralíneas. Para un cristiano, por ejemplo, aunque sea la persona individual que tenga que internalizar la vivencia de Cristo, los lugares comunes y los valores o verdades no son de la persona, sino que se comparte un credo moral, intelectual, espiritual común, que no es ni nuevo ni particular.

          • dani dice:

            Con la cita quería probar, ante todo, que mi nivel se halla en ese punto, en la página 1 de la introducción.

            En primer lugar, creo que esto se reduce a una cuestión semántica. Es la palabra “verdad”. El hecho de decir que “esto es verdad para mí y no para ti”. Si decimos “verdad para mí” relativizamos la verdad cuando esta es inmutable.. Ok, pero es un tema del lenguaje. Nada más.

            Y tienes razón, los valores y estimaciones no son individuales de cada cual. Hay un número limitado de ellos a repartir entre todos. Es como decía Milan Kundera de los gestos: Con nuestro repertorio de movimientos, se puede realizar un número muy amplio pero no infinito de gestos. Digamos un millón, por decir algo; bueno, sabiendo que la población del planeta es mayor de seis mil millones, es fácil ver que los gestos que usamos y adoptamos como propios son gestos que todo el mundo hace y que llevan haciéndose siglos. Pero no por ello dejamos de sentirlos como personales, ya que los hemos elegido. Eso no quiere decir que sea verdad, solo lo que sentimos. Es percepción errónea, pues. Claro.

            Como tú mismo has dicho: ” en este sentido, la internalización es particular porque se hace en uno mismo, pero eso es muy diferente que decir que uno elige un camino propio desde cero hecho a tiralíneas. ” Justo. Yo tampoco trataba de decir otra cosa. De hecho, creo que el “culto al individuo” en que vivimos es fomentado y es la última expresión del “divide y vencerás”. No hay más que abrir un periódico para ver sus frutos a gran escala. Si nos hacen a todos “especiales”, “únicos” consiguen que no veamos los parecidos sino las diferencias, que no podamos unirnos y eso se convierte en injusticia para todos y alienación. Porque confundimos esa combinación de valores personal con la verdad. Lo único en lo que estoy abiertamente en desacuerdo es en que eso sea “progre”, o “cool”. Lo venden así, pero no lo es.

            Dicho todo lo anterior, si a mí, como principiante en el yoga Iyengar (4 meses) me hablaran en clase de estas cosas, me sentiría “adoctrinado” (aunque bien podrías decir que me sentiría fuera de la doctrina que me llevan inculcando socialmente desde hace años, eso de que nadie debe adoctrinarme), y amenazado y lo dejaría bien rápido. Y sería percepción errónea, pero lo dejaría igual. Me alegro de que no sea así. Fíjate. Solo cuatro meses después estoy leyendo sobre vedanta cuando antes de empezar me daba alergia. Y creo que voy bien. A mis 34.

            Y ahora sí que paro. Hablar contigo de esto es como hablar de música con Beethoven. Hay cuestiones que son opinables, pero el significado y el conocimiento detrás de cada término lo tienes tú y yo no. Por tanto, no hablamos al mismo nivel. Mark Twain decía “nunca discutas con un estúpido porque te llevará a su nivel y ahí, por experiencia, te vencerá”. En este caso el estúpido soy yo y no tengo intención de vencer a nadie.

        • Daniel, el curso es gratuito. ¿Cómo se iba a cobrar? Si te quieres comprar el libro, lo tienes en ingles, y eso si, es un libro físico que puedes comprar. Lo que se envía en el curso son PDFs que imprimes y están traducidos hasta el capítulo tercero (incluido) de la Gita

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